La mano del profesor cambió la historia

Alejandro Sabella hizo una apropiada lectura de los errores propios y del rival actuando en consecuencia. Sacó a Fernández y a Gago y planteó un partido impecable desde lo táctico

Para clasificar primeros en la zona de grupos, Argentina  tuvo que recurrir a la impronta de sus individualidades. Messi y sus genialidades, Di María y la entrega de Mascherano marcaron el rumbo de un equipo que indudablemente fue de menos a más. En los primeros partidos, las críticas del funcionamiento eran dirigidas pura y exclusivamente hacia el entrenador, quien lejos de responder y meterse de lleno en un juego perverso de cruces dialécticos, priorizó el trabajo, pero por sobre todo el silencio. 

Internamente Sabella y sus colaboradores necesitaban un partido como el que jugó el equipo ante Bélgica. El rendimiento mostrado no fue producto de la casualidad. El hecho de haber maniatado a una selección que llegó con la chapa de “revelación”, fue un acierto planificado y estudiado con absoluta rigurosidad. 

Sabella  supo darse cuenta de los errores. Autocrítico si los hay, no le tembló el pulso para sacar a uno de sus soldados como Federico Fernández para darle una oportunidad a Martin Demichelis. Con el cambio, la defensa ganó en seguridad. El otro acierto fue recurrir a Lucas Biglia, quien jugó muchos años en Bélgica, en lugar de Fernando  Gago quien a lo largo del torneo tuvo más sombras que luces. Con el ingreso del volante  surgido en Argentinos, el funcionamiento  ofensivo y defensivo estuvo más equilibrado. 

Con Lavezzi por izquierda, Di María (luego Enzo Pérez) por derecha, Biglia y Mascherano por el centro, Basanta y Zabaleta sobre los extremos, Sabella desarticuló los puntos peligrosos de los belgas, quienes impotentes en el final del partido se limitaron a tirar centro al área “apostando” a un cabezazo salvador.  

Mientras el físico de todos aguantó, la estrategia planificada funciono a la perfección, ahora cuando las piernas comenzaron a pasar factura y el rival quemaba las naves, no tuvo pruritos en cambiar el  dibujo, cerrarse atrás y proponer un juego de contragolpe. 

En definitiva, Argentina jugó el mejor partido de la Copa, y aunque mucho  tuvo que ver la entrega, el sacrificio y la calidad de los jugadores, en esta oportunidad  la mano de Sabella se notó, y mucho. 

“Estoy contento porque hicimos historia”

Tras la histórica clasificación a las semifinales de la Copa del Mundo  luego de 24 años, el entrenador de la selección argentina de fútbol, Alejandro Sabella, analizó el triunfo ante Bélgica en conferencia de prensa.  

“Estoy contento porque hicimos historia. Siento una gran alegría por el grupo de jugadores, jugaron un partido excelente y también por todos los argentinos porque después de 24 años podemos estar entre los cuatro mejores del mundo”, consideró el entrenador en conferencia de prensa. 

"Cumplimos el objetivo de mínima de llevar a Argentina al lugar que se merece y ahora vamos por más”, agregó el entrenador. Sobre el rendimiento del equipo, el DT dijo: “Fue muy equilibrado, tuvo las líneas cerca, a veces más adelante y a veces más atrás pero en general muy bien. Los chicos que entraron lo hicieron muy bien, Enzo Pérez jugó un muy buen partido, estuvo confiado, mostró temperamento, carácter, ayudó en la marca, en el conjunto del equipo”. 

“Con Suiza el equipo ya había dado muestras de mejoría. En el segundo tiempo había creado siete situaciones de peligro. Somos seres humanos, podemos tener un día mejor, otro peor. Pero el equipo, es un grupo que se llevan muy bien entre ellos, tiene el sentido de pertenencia muy arraigado y dan el 120 por ciento por sus compañeros‘, añadió. 

Luego del análisis, y ante la pregunta referida a la lesión que sufrió Neymar, el Profesor sacó a relucir su conocida caballerosidad: “Fui jugador y me considero hincha del fútbol bien y de los grandes futbolistas. Que Brasil pierda esa figura, que nos perdamos es como que al fútbol se le cae una lágrima”, finalizó. 

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