TURF

Por “no cumplir con el acuerdo firmado”, los jockeys decidieron ayer no competir

El acuerdo duró poco y nada. Lo que se escribió la semana pasada con el puño parece que se borró con el codo. Los jinetes decidieron no correr por el incumplimiento, al menos, de uno de los puntos, que favorecía a los profesionales de la fusta que menos ganan.

Poco, pero muy poco, duró el acuerdo firmado la semana pasada. Uno de los puntos reclamados por los jockeys a las autoridades del Hipódromo de La Plata era el pago al día de la monta perdida y de los premios y comisiones del 3° al 6° lugar. Hoy, antes de arrancar la reunión, los jinetes fueron a Tesorería y no estaban los pagos, según lo informado, por “la caída del sistema”. Como no hubo respuestas positivas oficiales, tras más de una hora de espera, los profesionales de la fusta decidieron no participar de la reunión y se retiraron. Otra vez el público apostador, que a pesar de las inclemencias climáticas, había llegado al Hipódromo, quedó en medio de un conflicto, resultando el más perjudicado, como siempre.

En tanto, al tiempo que los jinetes en fila india abandonaban el cuarto de jockeys, la administración del Hipódromo emitía por los distintos medios un escueto comunicado con el mismo contenido del conocido el martes de la semana pasada: “Se suspende la reunión, en razón de la negativa de los jockeys de conducir a los competidores que se le habían asignado”. Y punto. Sin abundar el motivo que desencadenó tal decisión de los jockeys.

“Pintan mal las cosas…”, comienza diciendo una emblemática canción de los Redondos, porque en semanas sucesivas nos quedamos sin dos reuniones hípicas en el teatro del turf. Y poco se sabe cómo va a continuar ya que lamentablemente no están uniformadas las voces de mando por el lado de los funcionarios. Ya sean de Lotería, de la Dirección Provincial de Hipódromos o simplemente, de la Administración del circo hípico local. ¿O es que están todos de vacaciones? Nadie, pero nadie, salió a dar la cara con el conflicto que se había planteado ayer. Insólito. Porque en la casi dos horas que se extendió el problema, no hubo por los parlantes o por la transmisión en vivo, una sola información de lo que estaba ocurriendo. Una falta de respeto total al público apostador, a los cuidadores y propietarios.

Y ahora usted, lector burrero, querrá saber cómo continúa esto. Es la pregunta del millón. Queda tan solo el día de mañana (por hoy) para negociar la realización de la próxima reunión que es el domingo. Crucemos los dedos y apostemos a que Dios sea burrero, para que arrime alguna solución a estos conflictos, de los cuales no se vislumbra nada.

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