Anna Nicole Smith: una modelo en apuros

Nacida en Texas a finales de los años 60, Anna Nicole Smith creció en un hogar humilde, con falencias familiares y siempre soñó con las luces hollywoodenses. Al llegar a la adultez, la mujer comenzó a trabajar en pequeños roles como modelo, hizo comerciales y otras presentaciones con poco alcance.

Sin embargo, el pico de la fama llegaría cuando se puso en la piel de la famosa Marilyn Monroe, para la tapa de la revista erótica titulada Playboy en 1993.

Guess y H&M fueron algunas de las marcas que explotaron sus características, como una gran sonrisa que todo lo pudo. Luego comenzó a trabajar como bailarina exótica y conoció a un magnate llamado Howard Marshall, que fue su pareja por unos años pese a la gran diferencia de edad.

Durante la relación, pasaron por el altar, pero la felicidad llegó a su fin cuando él murió. Anna fue acusada de ser una cazafortunas, y estar junto a este hombre por mero interés monetario. Ella, por su parte, argumentaba que lo amaba por su bondad, el buen trato y las atenciones que tenía con su hijo Daniel. Al momento de la muerte del anciano, Smith inició una batalla legal que duró diez años y llegó a la Corte Suprema de Estados Unidos.

El hijo mayor de Marshall fue el único heredero. Organizó el sepelio mientras y dejó afuera a su madrastra, que no heredó ni un centavo. A pesar de esto, dio batalla ante la Justicia sin miedo a los resultados.

La audiencia popular comenzó así a fijarse en ella y una señal televisiva la contrató para llevar a cabo su primer reality show. De esta manera, se veían situaciones cotidianas: la convivencia con el hijo, la relación con el abogado (que también era su amante), entre otras escenas. Incluso se mostraba un costado de compulsión y excesos.

Esta entrega fue cancelada a los dos años. Una vez que terminó este proceso, fue protagonista de otras campañas y entabló un romance con el fotógrafo Larry Birkhead, quien concedió las primicias para un documental estrenado de forma reciente.

En el interín, la pareja recibió a la hija en común llamada Hannah Rose, que llegaba para traer un manto de paz. Lastimosamente, todo se opacaría, puesto que Daniel se quitó la vida en la misma semana.

Esto trajo como consecuencia que Anna cayera en un pozo depresivo, y una fuerte adicción a los calmantes, además de protagonizar peleas cotidianas cada vez que salía del hogar. Este panorama la llevó a la muerte; la pericia forense estableció que había consumido nueve medicamentos distintos, lo que supone una sobredosis accidental.