Entrevista exclusiva

Darío Grandinetti: “No hay nada más efectivo contra esto que quedarse en casa”

Uno de los más eximios intérpretes del país conversó en exclusiva con diario Hoy desde Madrid. Habló sobre la situación económica de la industria audiovisual nacional, el aislamiento social y recordó uno de sus grandes éxitos, El lado oscuro del corazón.

El actor Darío Grandinetti es mundialmente conocido: trabajó con grandes del cine y del teatro, participó de Esperando la carroza, Darse cuenta, Cien veces no debo, Relatos salvajes; encabezó Yepeto, Eqqus, Ba­raka y Almodóvar lo convoca frecuentemente para sus películas. El intérprete estrenó en cuarentena La isla de las Mentiras, de Paula Cons Varela, y desde su residencia en Madrid habló en exclusiva con diario Hoy.

—¿Cómo vivís esta situación particular?
—Es una sensación muy extraña, de cine de ciencia ficción de los años ochenta. Trato de mantener la calma y confiar en que todo lo dicen basándose en determinaciones científicas. Hasta ahora no se ha demostrado que nada sea mejor que quedarse en casa, para mí no hay nada más efectivo contra esto.

—¿Estás en contacto con tu familia?
—Como cuando uno está separado de la familia. Antes hicimos una videollamada con mis tres hijos, porque era el cumpleaños de la mayor. Laura está en Martínez, Juan en Madrid, Eulalia en Barcelona. Nos recomendamos películas, libros, nos damos ánimo y nos hacemos saber que nos extrañamos.

—¿Qué reflexión hacés sobre el momento de la ficción?
—En la Argentina era crítico antes de la pandemia y sé que desde la TV Pública hay una seria intención de generar buena ficción. Sería bueno que los canales que no producen pusieran ficción argentina. Es la única manera de que algunos compañeros reciban algún dinero por derechos de intérprete, se lo pido incluso a aquellos que deciden no producir. Pido solidaridad para un gremio en el que se cree que estamos todos salvados. Hay compañeros que hace tiempo no hacen nada. No lo pido en mi nombre, lo pido porque la gran mayoría está de­socupada y el horizonte es bastante oscuro.

Estrenar en cuarentena: La isla de las mentiras

—¿Cómo ingresaste a La isla de las mentiras?
—Me llegó el guion, lo leí, me gustó, me pareció atractiva la historia inspirada en hechos reales que sucedieron en 1921. Con un barco de inmigrantes vascos y gallegos que iba a Buenos Aires.

—El periodista es controlado por la gente del pueblo para ver qué dice y qué no, ¿cómo lo imaginaste?
—No fue muy difícil, las líneas editoriales bajan de arriba y el periodista, salvo excepciones, hace lo que le dicen. No busca información real, solo repite lo que le ordenan que repita. León decide quedarse porque tiene ganas de saber la verdad, ve algo oculto, me gustó hacer un periodista de investigación.

Su relación con Bauer y el recuerdo de Eliseo Subiela

—Con Bauer venís colaborando en sus últimos documentales, ¿cómo nació ese vínculo?
—Me llamó, es alguien a quien respeto. Además, luego de los trabajos que hemos hecho juntos es un tipo al que quiero y estoy a su disposición, él lo sabe. Tras El camino de Santiago me volvió a llamar para Tierra Arrasada. Un documental necesario. Y en mí obró un poco como catarsis hacerlo por mi posición política.

—¿Qué recuerdos tenés de El lado oscuro del corazón, película emblemática de nuestro cine?
—Todo fue buenísimo, nos divertimos muchísimo, contrariamente a lo que se pueda creer. Nunca imaginamos que 30 años después iba a estar hablando de ella, son cosas inesperadas del oficio. Tengo recuerdos fantásticos, yo me llevaba muy bien con Eliseo Subiela, la pasaba muy bien, la verdad es que lo extraño mucho.