entrevista

Nerea Barros: “Tengo que expulsar drama y emoción por los lugares y transformar eso en creatividad”

La actriz es la protagonista de una esperada serie en la que, una vez más, comparte set con el argentino Darío Grandinetti.

Atresplayer internacional, plataforma de streaming de Atresmedia Internacional, estrenó ayer La Novia Gitana, la serie de ocho episodios basada en la novela homónima de Carmen Mola, protagonizada por Nerea Barros, de la que participa Darío Grandinetti. Con ella hablamos para conocer más detalles de la serie y de su ingreso al mundo de la actuación.

—¿Cuándo supiste que querías ser actriz?

—Desde el principio, no sé cómo decir esto, pero desde el principio, no sabía lo que era ser actriz. Pero siempre he sentido una pulsión creativa desde muy pequeña. Yo tuve una personalidad muy diferente a la de Elena Blanco. Elena Blanco es todo cabeza, está todo el rato en mente, justamente por eso puede seguir viviendo, porque es una mujer que si no se habría matado, porque persiste viva y haciendo lo que hace porque cree que su hijo está vivo y va por él. Yo soy una persona súper emocional, siempre he sido así desde muy pequeña, por eso soy actriz, por eso soy directora, por eso soy bailarina, por eso, porque tengo que expulsar drama y emoción por los lugares y transformar eso en creatividad.

—Hoy te podemos ver en un personaje como el de Elena que te ha tocado interpretar dos veces, eso debe ser raro para un actor, volver a un personaje...

—Pero es tan guay, porque claro, no es un departamento estanco, además es un tipo de serie que tiene unos guiones impecables, que tiene un arco de personaje tremendo, yo me levantaba todos los días, me ponía el pantalón en mi casa, el pantalón de Elena a las botas, la chupa y me salía de mi casa, solo me cambiaba el jersey cuando llegaba al set, porque necesitaba entrar en Elena.

—Y en el caso del cine, tenés conexión con Argentina por La isla de las mentiras ¿pero cómo es la preparación del cine, es distinta?

—No, aparte piensa que ahora las series y el cine es prácticamente lo mismo, lo que es diferente de preparación es el teatro. En La isla de las mentiras estuvimos un mes y medio preparando todo.

—Y Darío Grandinetti que nos une…

—Por supuesto. Lo amo.

—Nosotros se los prestamos un poco…

—Como amo a Darío, madre mía, que se vean la primera temporada, que van a ver cómo acaba la primera con Darío y yo, que hemos hecho unas secuencias de acción tremendas, muy tremendas, y no puedo contar nada, lógicamente, porque no se puede, porque está al final de la primera, pero van a flipar, porque es muy rocambolesco y muy interesante. Darío y yo hemos pasado de todo, hemos pasado las inclemencias del clima gallego en Isla Protegida con caballos y garrapatas, y hemos pasado La novia gitana, pero nos queremos un montón, yo lo quiero un montón, y es un actor del que recuerdo que en La Isla Mínima, la primera vez que rodé con él, tenía tanto miedo que me titubeaba la voz, yo era prota, venía de rodar no sé cuántas veces, y de repente entra Darío, y no podía decir la frase, no podía, creo que esto no se lo he dicho nunca.

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