Entrevista exclusiva
Jessica Chastain y Oscar Isaac revelan detalles de Secretos de un matrimonio
Rodada en plena pandemia, de hecho fue la primera en volver al set, la clásica miniserie dirigida en 1973 por Ingmar Bergman es revisitada para la televisión en esta esperada propuesta que fue presentada recientemente por los actores en el Festival Internacional de Cine de Venecia y que finalmente desembarca en TV y streaming.
Jessica Chastain, Oscar Isaac y el showrunner Hagai Levi son los responsables de traer a la actualidad la clásica Secretos de un matrimonio, que, en esta oportunidad, y en formato miniserie, llegará el próximo domingo a las 21 a la pantalla de HBO y estará disponible en exclusiva en HBO Max los días subsiguientes.
Diario Hoy dialogó con los actores para saber más detalles de la intensa propuesta que pone al espectador en la intimidad de una pareja que se ama, se odia y que busca la libertad en medio de mandatos y compromisos asumidos socialmente.
—¿Cómo trabajaron la intimidad de la pareja en la serie, que es un personaje más en la serie?
—Oscar Isaac: El tiempo es algo importante, vivirlas en tiempo real ayudó mucho, con cuestiones muy reales que no se muestran tal vez en otras producciones, pero que acá hacen que sea todo increíblemente real, no es algo instagrameable, la oscuridad, la fealdad, la imperfección de lo que se muestra, y por eso se vive tan real.
—Jessica Chastain: Tuvimos un coordinador de “intimidad” en el programa, con quien dialogamos mucho, pero no era solo eso, sino sobre cómo estaban los personajes en ese momento, y creo que por qué es tan íntimo el sentimiento de realidad es porque contamos la historia a través de la intimidad, y eso la hace más vívida.
—¿Qué significa para ustedes como actores esta propuesta tan complicada, con interrupciones en los diálogos y tanta virulencia?
—JC: Para mí se sintió mucho más fácil que hacer otras cosas, tuvimos muchos ensayos antes de rodar, y cuando las rodamos, se sintió más fácil, nada pesado, es difícil conseguir esto, la libertad de trabajar con alguien al lado y tener una conexión increíble desde lo humano, para mí valió todo el trabajo que hicimos previamente para encontrarnos con los personajes.
—OI: En un principio no entendía al personaje, cómo respondía a las situaciones, pero cuando las terminé de leer entendía por qué sucedía todo, me preguntaba cosas sobre el personaje, me gusta investigar siempre eso, es una responsabilidad, y encarnarlo fue como surfear, trabajamos muy sincronizados porque trabajamos mucho previamente. Además, teníamos mucha curiosidad, por las pistas que teníamos sobre los personajes, quedamos exhaustos pero muy felices.
—Muchas películas y series han retratado matrimonios, pero ¿creen que esta propuesta tiene algo diferente que los llevó a reflexionar sobre el amor y vínculos en su vida personal?
—JC: Siempre estoy atenta a todas las maneras del amor y creo que la serie explora el amor como propiedad, y cuando uno se libera de eso, sin tener que contar qué hizo cada uno o quién amó mejor. Creo que hay que amar sin expectativas ni obligaciones, porque si siempre esperas algo a cambio no es real.
—OI: El amor es algo grande, hay que evolucionar, no te podés quedar con una sola idea sobre qué es el amor, como le pasa a mi personaje, que creía que el amor debía ser de una manera y descubre nuevos aspectos.
—¿Es un sueño para un actor estar en este tipo de relatos?
—JC: Cuando Oscar me escribió y me di cuenta de que este proyecto no era fiel al original, pude relajarme, también por él me sumé. Después me econtré con Hagai Levi y creo que fue la mejor primera reunión que podría una tener con un director, fue increíble.
—OI: Además, Liv Ullman dio, de alguna manera, el visto bueno.
—JC: Ella me dirigió, vi sus filmes, tomé clases, su trabajo es perfecto, no sabía cómo podría mejorar eso, pero sí me inspiró.
—OI: Creo que muchos no querrán ver matrimonios en problemas, pero hablé y conocí a Hagai e inmediatamente sugerí a Jessica, y cuando ella se sumó, todo se dio para hacerlo. Cuando estábamos ensayando Hagai nos inspiró mucho, además que atravesamos los diálogos con nuestras experiencias, tan distintas, la responsabilidad sobre el original, la perdimos cuando entendimos que estábamos haciendo otra cosa.
—Cada episodio es como una montaña rusa, ¿Cómo se sentían tras rodar escenas y episodios, llegaban a sentir algo físicamente? ¿Cómo salían de la intensidad del rodaje?
—JC: Ojalá pudiera ser una mejor actriz y contarte cosas, pero realmente ahora ni siquiera puedo hablar porque me sigue afectando.
—OI: Yo tomo duchas (risas), tomo algo, algunos negronis, pero creo que aun ante las dificultades te enfocas y la recompensa es que el trabajo se siente muy honesto, podría ser diferente, porque hay mucha gente detrás y claro que cuando todo es complicado se hace más difícil trabajar pero no fue el caso este.
—¿Qué idea les quedó sobre el amor al terminar la serie?
—JC: No tenemos que seguir estructuras sociales para saber que el amor es el amor, la serie es una interpretación, lo más honesta posible, y no solo sobre el matirmonio, sino sobre cómo debería ser el amor, creo que tiene un mensaje hermoso en esta línea, y además que no debes seguir ningún mandato para sentir lo que realmente es el amor.
—OI: Ni siquiera te dicen, ni lo pensamos, son cosas que suceden, somos marido y mujer, qué hacemos con esto, creo que los personajes se encuentran en una situación en la que varios frentes se abren y el viaje es, claro, afrontarlo con honestidad.
Hagai Levi, el impulsor de la miniserie
El creador de En terapia, que tuvo versiones alrededor del mundo, incluyendo la Argentina, Hagai Levi, profundiza en la vida de un matrimonio a partir de una intensa experiencia que los sigue en cada capítulo. Jessica Chastain y Oscar Isaac la protagonizan, y diario Hoy dialogó con Levi para saber más de la serie que llega este domingo a HBO.
—Decidís comenzar cada episodio mostrando el detrás de escena, ¿por qué?
—No lo sé realmente, podría darte muchas respuestas, pero creo que tiene que ver con que no es algo realista, porque es sobre esta pareja, en esta casa, en este vecindario, en este país, demostrando que es una discusión mucho más abstracta, pero también hay algo de la adaptación, de utilizar materiales de hace 50 años, en tiempos de Covid-19. Todo eso vino a mí y algunas semanas antes de rodar, instintivamente, pensé que esto era lo mejor. Hace poco volví a ver La amante del teniente francés, que tiene un inicio parecido y te olvidás a los dos segundos que empieza así.
—¿Fue complicado el rodaje en pandemia? ¿Cómo lograron tal intimidad en medio de protocolos y distanciamiento obligatorio?
—Fue muy especial, fuimos la primera producción en volver al set en Estados Unidos, si bien es pequeña, y pudimos hacerla porque además rodamos en una pequeña ciudad alejada de Nueva York, Mont Vernon, teníamos un departamento de coronavirus de 20 personas, nos testeábamos diariamente, todos usábamos tapabocas. Hay muchos que de hecho trabajaron conmigo y no les conozco la cara. Creo que hay bastante correlación entre lo que pasaba en el mundo y lo que hicimos, porque estábamos en una pequeña ciudad, pequeño set, pretendiendo que estábamos en el mundo.