Entrevista Exclusiva

Julio Chávez: “Cada vez estamos más metidos en una ficción”

El talentoso intérprete habló con diario Hoy y reflexionó sobre el 2020, un año diferente en el que el arte y la creatividad revelaron su carácter imprescindible para transitar experiencias complicadas.

Lo ansiaba y Julio Chávez pudo cumplir el sueño de volver al teatro en medio de la pandemia con Después de nosotros, el hijo de Juan Oribe, obra que escribió junto a Camila Mansilla y dirige Daniel Barone. Diario hoy dialogó con el excelso docente y actor para saber detalles de su vida en 2020 y la vuelta al teatro.

—¿Cómo fue el regreso al teatro?

—Lo estoy viviendo con mucha alegría y ocupación, porque todo el paisaje ha cambiado mucho. Hay lugares que tenían una cantidad de coches, calles y todo se ha vuelto más extraño, incluso nuestro humor. Y después de nueve meses, que es lo que va durando esta situación, ha hecho que cada uno viva cosas muy particulares y no siempre iguales. Lo que nos une ahora es el uso de barbijo, pero eso no quiere decir que todos hayamos vivido lo mismo. Y todas estas situaciones, escenas, compiten mucho con la ficción, porque cada vez estamos más metidos en una ficción. Ir a buscar la ficción es un hecho muy particular, ir a producir ficción también es un hecho muy particular. Lo más hermoso hoy por hoy es sentir, luego de cada función, que es posible volver a construir ficción y que el espectador vuelve a producir con vos el hecho de la ficción; y eso es un alimento muy importante, porque todo ha costado mucho.

Hoy de lo que menos se habla es del contenido de las ficciones, porque estamos con contenidos donde se habla de la vacuna tal, la otra, esto, lo otro. Todo se narra como una ficción y cuando ahora haces ficción tenés doble trabajo. La producción nos había propuesto volver en enero, pero quisimos hacerlo, quería vivirlo, quería volver a tener función y estoy muy satisfecho de haber tomado la decisión.

—Con la pandemia la obra se ha resignificado notablemente…

—Yo te diría que sí. Se ha también resignificado la debilidad que tenemos los seres humanos, lo vulnerables que podemos llegar a ser y lo bestial que puede llegar a ser una situación de ubicarnos en el lugar del desamparo. Veo cada vez más lugares que se han cerrado, también los que se abrieron y hoy pasé por un negocio que en un cartel hecho a mano con marcadores decía: “Queridos vecinos y clientes no pudimos soportar los cuatro meses de pandemia, lamentamos mucho tener que irnos, muchas gracias por todo, un abrazo”. Estaba escrito hace tiempo y eso me dio unas ganas enormes de llorar, primero por el acto de vulnerabilidad, el gesto amoroso de hacerlo a mano, pidiendo disculpas porque no pudieron soportar la situación y se tuvieron que ir. Ese gesto es un gesto lleno de vulnerabilidad, cariño, impotencia, debilidad, involucrado por el hecho arrasador que nos pasó.

El padre de Después de nosotros experimenta ese futuro para su hijo en ese mundo cuando él no pueda estar. Él piensa cómo hará en un mundo como él dice “de gente de mierda” el hijo para soportar. Recuerdo cuando era pequeño que mi padre y mi madre me advertían sobre con quién me relacionaba y que no se podía ser bueno con todo el mundo. Yo eso lo aprendí porque me cuesta ser bueno con algunos (risas). Es un mundo brutal el que construimos para nosotros los humanos, muchas veces con el afán de proteger nuestra vulnerabilidad y nuestro afecto, pero se nos va la mano a veces.

Fake news, arte, verosímil y agenda mediática

—Frente a las fake news, ¿cómo se hace ficción ante tanta vulnerabilidad?

—Sí, estamos muy vulnerables, pero también el cuentito, la naturaleza de lo que es un relato de ficción, el hecho de un hombre parado frente a otro hombre diciendo “te voy a contar un cuentito” es un hecho muy reparador. Cuando se produce ese fenómeno (y ese fenómeno es uno donde la imaginación está activa y trabajando), vos y el espectador trabajan juntos, con empatía y simpatía; y hay agradecimiento por el hecho que le estés contando el cuentito. El espectador necesita también tener una actividad, el espectador tiene una actividad, él forma parte del espectáculo. No es alguien que ve el espectáculo, es alguien que lo hace y en ese sentido la ficción tiene algo que aliviana, que no importa si es verdad o es mentira; importa si es verosímil.

La verdad o la mentira corresponde en este caso a las gestiones políticas, a la ciencia, a qué va a pasar con la vacuna, qué va a pasar con el dólar, si a Maradona lo mataron o no; son historias que en definitiva buscan la verdad. La ficción no busca la verdad, la ficción claramente te dice “esto no es verdad”, pero tal vez es verosímil para que hablemos de algo que vos entendés. No soy responsable de decir la verdad, soy responsable de contar una mentira con verosimilitud. Eso me alivia enormemente, porque no quisiera en este momento ser parte de esos espacios importantísimos que tienen sobre sus espaldas la responsabilidad de decir la verdad, lo intenten o no, quieran o no quieran, fracasen o no.

—Estás comprando libros y películas para más adelante…

—Sí, pero en esta pandemia todo se cambia. Tengo un futuro en el que mirá, estoy tan esperanzado en el futuro que le mandé el guion a una actriz internacional muy importante, que quiero que haga la película. No solamente tengo fe en el futuro sino que me siento con más coraje para enfrentarlo.

Trabajar en equipo y con fortaleza

—Con Camila Mansilla y Daniel Barone armaste un gran team…

—Es algo que a veces se busca y no se encuentra, otras que se encuentra y no se buscó, y otras que buscas y encontras. Necesito estar y formar parte de cosas con gente con la que tenga confianza.

—Es difícil planificar el 2021…

—Es muy difícil. Cuando hablamos del futuro me siento contento de volver a hacer función. Para mí el futuro es para lo que me preparé en el pasado, mi oficio, hacer una función para 30 cuando antes se llenaba. En este momento me siento como cuando mi madre de chico me daba huevo con oporto para ir al colegio. Batía un huevo con oporto y azúcar (vengo de una familia muy humilde), pero ella me daba eso porque los inviernos eran muy duros y me decía que con eso iba a aguantar. Y verdaderamente yo aguantaba los inviernos. Me siento una persona con una estructura fuerte y sé que es porque mi madre me daba huevo con oporto. Yo he tenido en todo caso un niño débil interno y también un niño fuerte que pudo ocuparse de él.

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