entrevista

Nicolás Herzog: “La película tiene un gesto político”

Tras su exitoso paso en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, finalmente llega a salas esta propuesta que cruza ficción y registro documental.

Elda y los monstruos llega hoy a los cines con la dirección de Nicolás Herzog en una propuesta diferente que mezcla música, viaje y la presentación de un grupo de personajes entrañables. Protagonizada por Elda, Natalia Curcho, Calypso Summerm, Anul Orbie, y Fran Dacunda, hablamos con Herzog para saber más del detrás de escena de la propuesta.

—¿Cómo te sentís con que finalmente, después de pasar por Mar del Plata y tener ahí todo un show con las protagonistas y que lograron impactar con la película, se pueda estrenar?

—Vos dijiste algo que me parece que marca un poco la tecla, el contexto. Un contexto rarísimo, Mar del Plata, noviembre, estábamos en un país y hoy estamos en otro, y pasaron solo tres meses. Es una locura como un poco la vorágine avanza y, bueno, hay que tomar decisiones. Un poco la idea que charlamos con el elenco y con los socios, con las distribuidoras, es que salir en marzo, cuanto antes, era una buena decisión teniendo en cuenta lo que pasó en Mar de Plata con la película, el recibimiento, la buena recepción que tuvo. Y si bien nosotros, en mi primera opción, era realmente la segunda mitad del año, decidimos hacerlo ahora. Igual para mí el estreno es una instancia más, porque las películas tienen ahora un largo recorrido. Por supuesto la tomamos con mucha responsabilidad, mucho respeto y con mucha alegría, pero vamos a ver qué pasa.

—La película se estrena en un contexto en el que, además, se prohíbe el lenguaje inclusivo y las diversidades están siendo atacadas…

—Prácticamente con el diario del lunes, estas últimas prohibiciones ridículas son más que nada distractivas, por un lado, pero bueno, por otro lado, me parece que echan fuego sobre el estado dominante cultural que quieren poner el nuevo gobierno. Me parece que en ese sentido la película tiene un gesto político, quizás no sé si fue más o con menos intención, pero a la luz del día sin lugar a dudas es una película que cobra otra dimensión. Por eso te decía al principio que estamos en otro país y también la película tiene otra lectura. Quizás hace unos años podría haber sido bueno, una película más dentro de las tantas, en un contexto, pero hoy me parece que es un órgano de resistencia a la comunidad, el lenguaje, y mucho más amplia.

—¿La película encontró en sí misma la forma o vos la encontraste con lo que iba pasando alrededor de Elda y su universo?

—El punto de partida fue un retrato, fue la necesidad de hacer un retrato, que es el corazón de la película. Llegó por medio de otro lado, una necesidad de esas más personales como cineasta, hacer una película libre. Quería salir de una producción con más restricciones y hacer un plan más libre donde pueda filmar por etapas reducidas. Un poco lo que habían sido mis primeras dos películas, que habían tenido más o menos este perfil. Y con la experiencia de haber rodado ficción fuerte, tuve el deseo y una motivación del retrato y apareció un personaje hermoso, la música, poner en cuestión los binarismos, eso estaba. Pero había algo de que me faltaba, un dispositivo que terminase de narrar el punto central de la película y ahí apareció la idea de los amigos y apareció la idea del viaje como dispositivo. Pero eso tiene una razón de ser que tuvo que ver mucho trabajo con Elda y hablamos un poco de la dimensión de lo colectivo, de cómo retratar el colectivo era siempre una pregunta que aparecía. Porque él decía: yo me siento parte del colectivo, pero al mismo tiempo tengo muchas diferencias porque no me gustan las etiquetas. Y aquí estamos en la misma. Me parece que es una película para saltar las etiquetas, pero las tenemos que incorporar porque hay una historia y creo que es una película donde hay que abrazarla. Me aparecieron las referencias del viaje y apareció algo que me hizo pensar que fue la muerte de su abuelo, un personaje muy importante en su vida y el primer dispositivo era un viaje. No sé si lo conté alguna vez esto, que iban a ser Elda y el grupo de amigos, utilizamos un viaje, medió el mismo dispositivo, un viaje de transformación, de búsqueda, de encuentro, pero era llevando los restos de su abuela al campo donde había nacido. Ya el viaje estaba como dispositivo y se incorpora en medio en un momento del proceso también, porque yo los convocó a pensar un poco también en la estructura de la peli. Ahí aparece la idea de ir hacia el altar y ahí se me viene la memoria un personaje que era la muda, una prostituta de mi infancia que era muda porque tenía la cara toda quemada y había perdido la capacidad de hablar y por las noches aparecía. Entonces me interesaba este personaje mítico que tenía una pata en lo real, que es la historia de esta mujer y también toda esta dimensión más ficcional que la pensamos con los chicos. El viaje fue por supuesto una construcción, pero había algo que pasaba genuino y real, porque ellos estaban realmente en expedición, de hecho el altar del final no se los mostré, lo descubren por primera vez en plano.

—¿Fue difícil el rodaje en sí con los protagonistas tratando de alguna manera de ir como un poco a la deriva y otro poco no?

—Creo que mucha confianza se terminó cerrando ahí, en el rodaje. Ellos confiaron y me parece que esta confianza fue clave. Lo mismo creo que con el proceso de soltar de Elda, que fue muy beneficioso para la película. Porque los primeros dos años, donde habíamos logrado una primera etapa de rodaje, fue más compleja porque ella necesitaba tener control todavía de su imagen. Y cuando aparecieron los apoyos, el Instituto, los fondos y ahí ya fuimos como decididamente a hacer la película, pero bueno, un proceso.

—Claro que sí. Bueno, ahora viene el estreno de Elda, hay incertidumbre. Pero, ¿cómo sigue el año?, ¿estás con otros proyectos, algo de ficción, escribiendo?

—Y tengo ya una próxima versión de un yo nuevo, el cual, bueno, todavía mucho no se puede decir porque está todavía ahí el proceso de verse. Articulamos alguna estructura de producción para hacerla, pero indudablemente me va a llevar más tiempo. Porque, como es ambicioso, necesitamos de otras más, seguramente con producción internacional y demás en este contexto con el que estamos va a ser difícil poder firmar este año y tampoco creo el que viene. Pero sí, sí, tengo proyectos y veremos qué pasa, es un momento raro. Yo te digo primeramente, 15, 20 años de profesión en el cual el año se presenta con demasiada incertidumbre, con no sé si he iniciado un año con incertidumbre con la que estamos unidos. Primeramente como que alimenta algo de las ganas y un deseo, pero bueno, todavía siento que hay que esperar un poco y ver qué pasa.

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