No Te Va Gustar: el viejo ritual de cerrar el año en La Plata

En exclusiva, el tecladista de la banda uruguaya, Francisco Nasser, habló del último disco y sobre el concierto que realizarán en la ciudad

Con más de 20 años sobre los escenarios, la banda uruguaya No Te Va Gustar, integrada por Emiliano Brancciari (voz), Gonzalo Castex (percusión), Martín Gil (trompeta), Mauricio Ortíz (saxofón), Guzmán Silveira (bajo), Diego Bartaburu (batería), Francisco Nasser (teclado), Denis Ramos (trombón), y Pablo Coniberti (guitarra eléctrica), lanzó Suenan las alarmas, su noveno disco de estudio.

Para este álbum, el grupo, que en sus inicios fue un trío de rock y luego mutó a una formación numerosa, incorporó sin prejuicios ni reparos una amplitud de géneros como el pop, candombe, ska, reggae, una ranchera romántica y hasta un carnavalito. También contaron con la producción artística del afamado Héctor Castillo, el mítico productor de estrellas como Julieta Venegas y Gustavo Cerati, entre otros. 

En el presente, la banda atraviesa un excelente momento con más de 2.000.000 de seguidores en las plataformas digitales y una gira internacional, cuya última fecha será el 16 de diciembre, a las 21, en calle 32 esquina 25.

En diálogo con este medio, el tecladista del grupo uruguayo, Francisco Nasser, se refirió a Suenan las alarmas, el álbum que lanzaron recientemente y presentarán en la ciudad.

—¿Cómo fue el proceso de composición de Suenan las alarmas?, ¿a qué se debió el título?

—Llevamos 23 años de carrera, es nuestro noveno disco, y fue producido por Castillo. Nosotros buscábamos cambiar el sonido, queríamos algo más moderno y potente. Creo que el resultado fue lo que esperábamos y un poco más. 

Con respecto al álbum, nuestros trabajos nunca son conceptuales y los títulos elegidos terminan englobando la producción. Suenan las alarmas era una canción que resumía la temática del disco, que nos llevó casi tres años, en los que pasaron muchas cosas. El mundo está bastante loco, hay sobredosis de información, crisis políticas y económicas. En un momento, el saxofonista lo tiró, le cambiamos el título y se lo pusimos. 

—La corrupción es un tema recurrente en sus canciones…

—Las letras siempre tuvieron referencias a las crisis políticas y sociales sin caer en cosas directas. Somos músicos y personas, no tenemos una bandera de ningún tipo.

 

—Le dedicaron un tema a Marcel Curuchet, músico de la banda que murió durante una gira. ¿Qué significó para ustedes?

—No deja de sonar  es la única canción que no está compuesta por Emiliano Brancciari. Es una visión muy personal, de cómo se lo extraña, cómo lo sentimos. Por eso, nunca dejará de sonar. 

—¿Qué opinión te merecen las reversiones de sus temas que hacen los grupos de cumbia?

—Está buenísimo. Somos músicos comunes y corrientes, entonces que te reversionen es maravilloso, es todo un orgullo. Si hay canciones que se vuelven populares y que le agradan a la gente, por algo es. 

—¿Qué te genera ver tan seguido que la gente del público se preocupe tanto por registrar el recital en su celular?

—Me encanta, voy a recitales y lo disfruto mucho. Sucede que podés filmar en alguna parte, pero de repente ves a las personas que están mirando la pantalla del celular y no viven lo que sucede en ese instante. Todo es respetable y son cosas del momento, es muy personal. 

—¿Cómo se preparan para el  show en la ciudad?

—Hace muchos años que no lo hacíamos, pero fue una vieja tradición de la banda finalizar las giras y despedir el año en La Plata. Para este concierto vamos a tocar el nuevo disco pero también canciones o hits  que la gente quiere escuchar.