entrevista
Phoebe Dynevor y Alden Ehrenreich revelan detalles de Juego limpio
Tras su paso por el Festival de Cine Independiente de Sundance, la película llegó a Netflix y se convirtió en un fenómeno.
Juego limpio, de Chloe Domont, se ha convertido en una de las grandes producciones cinematográficas de este 2023 que ya se está despidiendo.
La propuesta analiza las dinámicas de poder dentro y fuera del ámbito laboral, poniendo en evidencia qué pasa cuando una mujer logra escalar a una posición jerárquica.
Protagonizada por Phoebe Dynevor y Alden Ehrenreich, Diario Hoy pudo dialogar en exclusiva con ambos para saber más de este extraordinario trabajo y la química que lograron juntos.
Juego limpio, ópera prima de Domont, con los protagónicos de Dynevor, a quien descubrimos en Bridgerton, aunque anteriormente había participado en varias producciones, incluyendo la adaptación a serie de Snatch; y Ehrenreich, quien estuvo en Tetro, película que Francis Ford Coppola rodó en Argentina; Blue Jasmine, de Woody Allen; Han Solo: una historia de Star Wars, encarnando al mismísimo Han Solo, y Oppenheimer, de Christopher Nolan. La película es un apasionante viaje hacia las emociones de la dupla protagónica, Luke y Emily, quienes viven intensamente su relación, pero la mantienen en secreto porque creen que, de conocerse, afectaría los vínculos que tienen dentro de su espacio laboral. Ellos se conocieron en una firma de inversiones, donde cada uno pudo ir haciéndose un camino, pero, tras el inevitable flechazo, decidieron que lo mejor sería que nadie se enterara para evitar especulaciones.
La frialdad de las oficinas con las que Domont decide contextualizar la narración contrasta con las cálidas, por no decir calientes, habitaciones y espacios en los que ambos intiman. Desde su primera escena, en una fiesta, sabremos que son pasionales, sanguíneos, pero, claro, también pueden ser lo mismo en cualquier intercambio e interacción que no solo tenga que ver con el sexo. Cuando Emily recibe un inesperado ascenso, inesperado para Luke y sus compañeros, quienes creían que iban a obtenerlo por encima de su compañera, todo comienza a transformarse, revelando una potente dinámica vincular entre hombres y mujeres que no hacen otra cosa que replicar siglos de misoginia y dominio laboral masculino. Luke, en vez de abrazar a su compañera y amante, la rechaza, compartiendo frases y actitudes despectivas que no hacen otra cosa que colocar la acción en un nivel mucho más elevado y en donde Juego limpio demuestra que aunque hay conquistas de género, aún hay mucho trabajo por hacer.
―¿Imaginaban que iban a hacer una de las mejores películas del año y una de las más vistas también en Netflix?
―Alden Ehrenreich: No, para nada.
―Phoebe Dynevor: No, muchas gracias.
―¿Cuál fue el mayor desafío de ponerse en la piel y en los zapatos de Luke y Emily, sus personajes en Juego limpio? ¿Qué tanto emocionalmente les exigió para lograr la dinámica de amor/odio que mantienen en cada una de las escenas?
―PD: El mayor desafío, a ver, ¿cuál fue el mayor reto? Creo que ponerme en sus zapatos, lo gracioso porque no fue un gran reto, y eso creo que habla mucho de que el guion realmente podía entender todas las decisiones de Emily y por qué las estaba tomando y lo que la llevó a tomar las decisiones que toma en la película. Creo que el desafío fue muy prevalente en términos de la intensidad de la película y las escenas y mantener esa intensidad durante los días y semanas que rodamos la película. Es muy intenso y cada día fue un reto realmente en el guion, ya sabes, no hay realmente una fácil. Definitivamente, no había un día fácil en el calendario, en el que era como oh, puedo hacer esto, este día va a ser fácil. Todos los días eran como oh, Dios mío, tenemos que hacer esa escena hoy. Pero eso fue tan emocionante y ser dirigido por una directora maravillosa como Chloe hizo eso mucho más fácil porque sentí que estaba en buenas manos con ella, y ella sabía exactamente lo que quería de cada escena. Eso hizo las cosas más fáciles y, obviamente, trabajar con Alden, ya sabes, establecimos una gran relación, así que eso también hizo las cosas más fáciles. Pero sí, el reto estaba en que todos los días teníamos que rodar este material realmente intenso.
―AE: Pienso lo mismo. Quiero decir, creo que ir a esos lugares es el reto, es parte de la diversión. Pero también, ya sabes, estamos tratando con un montón de material difícil, especialmente hacia el final de la película. Así que vivir en eso, pero la inmersión de esa energía, ya sabes, alimenta la intensidad de la película, lo sientes en la película.
―¿Qué hicieron antes de rodar para conseguir esta química que vemos en la pantalla? ¿Compartieron salidas? ¿Pudieron ensayar antes?
―AE: Tuvimos un período de ensayo que fue realmente grande y Chloe hizo que sucediera. Así que fue alrededor de una semana, creo, y pudimos ensayar casi todas las escenas de la película y, sin duda, todas las escenas entre Luke y Emily. También ensayamos improvisaciones de nuestra historia de fondo, de la primera vez que nos conocimos y yo le estaba mostrando a Emily la oficina y recorriéndola. Y la primera vez que nos sentamos en el dormitorio y nos dijimos te quiero, por primera vez. Así que estas escenas, que no están en la película, pero que están ahí, hacen dos cosas: una es que están en esta historia para que realmente sintamos eso y dos, es solo esta oportunidad antes de que las cámaras estén ahí, antes del crucero, antes. Estamos haciendo la película para que realmente nos sintamos cómodos el uno con el otro y desarrollemos esa confianza y para este tipo de material era absolutamente imperativo.