ENTREVISTA EXCLUSIVA

Ricky Pashkus: “Me sorprendo por poder vivir con tanta incertidumbre”

Dueño de una carrera única, el director y creador ha acompañado a los más grandes de la escena local. Ha promovido talentos, consolidado el teatro musical en el país y genera fuentes de trabajo.

Uno de los pilares fundamentales de la escena teatral local, Ricky Pashkus, no se queda quieto, y menos en pandemia. Presentó programa televisivo, streaming solidario y shows online, mientras espera la reapertura de la actividad. En diálogo con diario Hoy, analiza el momento y también elige sus obras musicales preferidas.

—¿Cómo fue mantenerse activo en medio de esta situación extraordinaria?
—Mirtha Legrand dice “así como te ven te tratan”, y yo le comentaba a mis amigos y alumnos que de adolescente hay un momento en la vida que nos damos cuenta que la gente no tiene rayos X para ver cómo nos sentimos. Hay una fantasía en esa edad que es “yo me siento triste, me ven triste, yo me siento contento, me ven contento” y aunque yo no haga un esfuerzo para disimular, yo no sabía por qué la gente me decía “che, te veo tan bien” y yo me sentía mal, o el día que decía “me siento bien”, no coincidía. En la pandemia se me aclaró un poco el panorama. La gente no se remite a cómo te sentís, sino a lo que hacés, entonces, no es que me importe que la gente me diga te veo bien, sino que me di cuenta que me hace bien dar, y que hacer mucho no tiene que ver con que me siento bien, quiere decir que me gusta dar, que me vean bien por el rol, la gestión, hacer me hace bien, hace bien a la gente. Así lo viví, sabiendo que hice muchas cosas, y que esas cosas hacen bien y hacen incluso que se me vea con ese poder, tal vez algo que es la cuestión de la vida, articular lo que nos pasa en los peores y mejores momentos es un rasgo de resiliencia. Me siento bien, por hacer, angustiado, como todo el mundo, por momentos tristes y desconcertado, sintiendo que hay una gran locura, y bastante con la mía. No quiero compartir la de todos, y esa locura está disfrazada de sentido común, y lo que no veo es sentido común. Me enojé mucho con las frases hechas, lo último es la cultura, lo primero es la cultura, el rebaño, hace esto, guardate, con toda esa parte me enojé mucho. Me enojé y me puse triste, no podía articular todo lo que sentía, porque por momentos había una locura que me excedía, y me alcanzaba con la mía, pero haciendo era todo más concreto. Era una sensación variable y rotativa sabiendo que hacer hace bien incluso para esto que hablo.

—Debe ser difícil el tema de la ausencia de la corporalidad y cercanía en la virtualidad…
—Trato de vivir día a día. Pensaba que no era una persona así, y que vivía muy pendiente del futuro, o del pasado, pero me dí cuenta que no, que en la pandemia disfrutaba por ejemplo de los Zooms en el momento, y con el tema de las frases hechas, “vamos a volver en noviembre”. No me gusta que me pregunten cuándo vamos a volver, yo puedo contestarte si vamos a volver con Kinky Boots, por ejemplo, sí, seguro, ¿cuándo? Ah, eso, no tengo la respuesta. En pandemia se hizo difícil todo, dar clases, programar streamings, e incluso imaginar el teatro con parejas convivientes. Yo estoy armando una escuela y no tengo respuestas a preguntas, porque no tengo capacidad. Sé que va a abrir la escuela, pero no sé los detalles. Me dí cuenta, a pesar que yo creía que no, de que tengo la capacidad de vivir en la incertidumbre más de lo que pensaba, porque lo que tengo claro es el proyecto, tengo claro que va a hacerse, de eso no tengo dudas, que se van a concretar, tengo en claro que me la banco un tiempo, no sé cuándo, y que puedo imaginar que lo voy a hacer sin saber cuándo.

—Mencionabas Kinky Boots, en pandemia pudiste generar otros proyectos similares para mantenerla vigente…
—Sí, para mantenerla vital, pero no sólo por eso. Hace unos días se acercó un productor con un proyecto de un gran musical, no puedo decir aún su nombre, y me comentó que se lo venden por función, y me preguntó: “¿Para cuándo lo compro?, ¿Para el aire libre?, ¿Para cuando estén los teatros llenos?, ¿Para cuándo?”, y yo le dije no, vos compralo y decile que vas a hacer la misma obra en etapas y estadios, salvo coches, que no me lo banco, pero iremos hacerla. Yo sé que cuando Kinky Boots vuelva va a ser en un teatro, pero hasta entonces pienso proyectos que sean para las etapas disponibles, sabiendo que no es lo mismo, KinkyManía que los streamings del Astral. Cuando abran los teatros, para menos gente, con mi productora buscaremos cosas que me gustan dirigir con menos gente, y Kinky… volverá al teatro, hasta ese momento vuelvo a la idea que me sorprendo por poder vivir con tanta incertidumbre.

—Sos uno de los referentes del teatro musical, si tuvieras que recomendar algunas clásicas, habiéndolas dirigido vos o no, o una que soñás dirigir ¿cuáles serían?
—Las dos que sí Kinky Boots y A Chorus Line, y una que no hice y quiero hacer es Moulin Rouge.

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