“Somos tangueros por vocación y decisión”

En diálogo con este medio, Alejandro Guyot, el líder de 34 Puñaladas, habló sobre el lanzamiento de su nuevo trabajo discográfico y la presentación en la ciudad de La Plata

Corría 1998 cuando en Buenos Aires el grupo de tango integrado por Maximiliano Cortéz (guitarra), Edgardo González (guitarra), Juan Lorenzo (guitarra), Lucas Ferrara (guitarrón) y Alejandro Guyot  (voz) decidió unir sus fuerzas para salir a tocar. 

En la búsqueda de un nombre, ellos decidieron, de común acuerdo, tomar la identidad 34 Puñaladas, por una frase proveniente de Amablemente, la inolvidable canción de Edmundo Rivero. 

En sus primeros pasos como formación musical, la banda recuperó aquellos tangos “malditos”, investigando profundamente en la historia del género. Es decir, retomaron aquellas melodías de los años 20 y 30 que habían sido prohibidas por sus letras marginales sobre la violencia, las drogas, los hombres, las mujeres y la calle. Tiempo después se afianzaron con creaciones propias, convirtiéndose en los cultores del “nuevo tango”. 

Ahora, la agrupación guitarrera acaba de lanzar su séptimo álbum llamado Las historias del humo, que presentarán el próximo viernes, desde las 21, en 17 y 71. 

Durante una entrevista con este medio, Alejandro Guyot, uno de los músicos de la agrupación, habló sobre la producción actual de 34 Puñaladas.

—¿Cómo llevan a cabo una búsqueda más contemporánea en el marco de un género tan arraigado como es el tango?

—Nuestra búsqueda va por ese lado. Considero que la poética y las letras del tango actual hablan de todo un poco; tocan temas universales como el amor, el desamor, la nostalgia, la noche, las rupturas. Desarrollamos un lenguaje musical que habla de los avatares cotidianos de un habitante de la gran ciudad. 

—Las historias del humo es el nombre del último disco, ¿cuál es el fundamento de un nombre tan sintético?

—Sale de un verso de El silencio (una obra de Flavio Reggiani), nombre que lleva el primer tema del disco. Remite al espíritu que reúne a toda la música, al humo de los bares y a las historias  de esas noches. Alude al nuevo repertorio tanguero del siglo XXI, que circula por los clubes, por sótanos, por boliches en donde la madrugada te encuentra. 

—Dentro del álbum nuevo hay dos canciones infiltradas: una corresponde a Manal y la otra a Acorazado Potemkin. ¿Por qué incluyeron esos tracks?

—Asumimos que somos tangueros por decisión y por vocación, pero no nos limitamos solo a eso, sino que también admitimos que estamos atravesados por el rock. Su inclusión tiene que ver con ciertos gustos que nos dimos. Hicimos La mitad, una canción del power trío de rock Acorazado Potemkin; ellos son amigos. Si escuchan la letra del tema, se darán cuenta de que es un tangazo y habla de una separación. También grabamos Porque hoy nací, de Manal, grupo que es parte del imaginario y de la poesía urbana. No quisimos quedarnos con las ganas, y cuando lo hicimos sonó a tango. 

—¿Qué relación entablaron con la ciudad y su gente?

—Vamos seguido a tocar a pequeños clubes. Antes se tenía el prejuicio de que solo había rock independiente, pero poder llegar a una ciudad como La Plata, para mostrar lo que hacemos, poder llevar el tango del siglo XXI, es alucinante. Además tienen grandes referentes del tango y se genera una retroalimentación muy poderosa.

—¿Por qué recomendarías al público que vaya a verlos?

—Quizá, la nuestra, es una nueva manera de hacer tango, de poetizar, musicalizar la ciudad y la vida de los hombres comunes. Este género no es solo una foto sepia de otros años, sino que también puede ser un fiel reflejo de lo cotidiano de los argentinos. 

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