Advierten sobre el nivel de arsénico en el agua de la Provincia
Los resultados de más de 400 muestras indican que el líquido que se consume en más de la mitad de esas ciudades o áreas rurales está por encima del nivel guía que recomienda la OMS
El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) junto a la ONG NutriRed realizó un mapa interactivo que revela la distribución del arsénico en el agua en distintas ciudades y áreas rurales de la provincia de Buenos Aires. De acuerdo a los resultados, se determinó que la problemática abarca geográficamente a más del 70 por ciento del territorio, y los mayores conflictos se dan en las localidades linderas al corredor de la Ruta Nacional 5, en el centro, norte y en el Conurbano bonaerense; aunque tampoco es ajeno el sur y las localidades costeras. Entre los distritos más afectados están Mercedes, Chivilcoy, 9 de Julio, Carlos Casares, Bragado y Pehuajó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la presencia de arsénico en el agua sea igual o inferior 0,01 miligramos por litro (mg/l), parámetro que tomó el Código Alimentario Argentino (CAA) en 2007, pero que tras una serie de prórrogas se sigue sin cumplir en los hechos. El límite anterior en el país era del 0,05 mg/l, nivel que también superan muchas localidades de la Provincia.
De acuerdo a lo que explicó Jorge Stripeikis, director del Departamento de Ingeniería Química del ITBA, la presencia de arsénico en las napas es "muy caprichosa" porque "depende de la estructura del suelo, de cómo va el acuífero y la profundidad de la que se extrae el agua", entre otras variantes, por lo que es "bastante difícil de predecir el nivel exacto" en el que se encuentra.
Las mediciones del ITBA advierten de porcentajes altísimos en localidades como Pergamino (0,053 mg/l); Suipacha (0,154 mg/l); Junín (0,086 mg/l); y O"Higgins (0,237 mg/l), en el distrito de Chacabuco.
Algunos de estos registros fueron tomados del agua de la red, distribuida por el municipio o por empresas, y otros sobre muestras de perforaciones particulares, de viviendas o establecimientos escolares. Vale aclarar que el conflicto del arsénico responde sólo a aguas subterráneas por lo que no afecta a ciudades que extraen para el consumo de cursos superficiales; como Capital Federal, La Plata y gran parte del Conurbano, que tienen tomas en el Río de la Plata.
El consumo de manera continua y prolongada de agua que contenga arsénico en cantidades superiores a las recomendadas, puede derivar en una grave enfermedad denominada Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (Hacre).
Ese cuadro se manifiesta en problemas de la piel como erupciones, ampollas y descamaciones. También en problemas cardíacos y neurológicos; y eventualmente, en un estadio de más desarrollo de la enfermedad, podría desencadenar en algún tumor.