Para los investigadores es fundamental realizar un seguimiento de las poblaciones, perturbando lo menos posible su hábitat natural.
A través de una investigación del Conicet, los científicos comprobaron que la utilización de drones permite reducir el impacto humano en el monitoreo de un ave de presa amenazada como el águila coronada del Chaco.
El hallazgo es decisivo. Para los investigadores resulta fundamental llevar un seguimiento de las poblaciones de esas especies, interviniendo y perturbando lo menos posible su comportamiento y su hábitat natural.
El águila coronada o águila del Chaco es una especie representativa de los ambientes semiáridos de la Argentina y actualmente se encuentra categorizada como “en peligro de extinción”. Su envergadura de alrededor de 1,80 metros y su peso promedio cercano a los 3 kilogramos la coloca entre las aves rapaces más grandes de la región. Sin embargo, el número de individuos adultos de esta especie en términos globales es menor a mil y sus poblaciones se encuentran en declive.
“Cuando empezamos a estudiarla en 2001, era una especie de la cual se sabía muy poco”, dice José Sarasola, investigador del Conicet en el Instituto de Ciencias de la Tierra y Ambientales de La Pampa y director del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina de la Universidad Nacional de La Pampa.
“Durante estos veinte años avanzamos mucho en el conocimiento de su ecología y de sus principales amenazas, y ya desde hace varios años comenzamos a monitorear su éxito reproductivo. Es una especie que solamente pone un huevo por intento de reproducción anual, lo cual hace más crítico su estado de conservación. Nuestro propósito es conocer las posibles causas que determinan el éxito reproductor y ver si podríamos llegar a intervenir para favorecerlo”, explica.