Sputnik VIDA: “La producción nacional nos dará independencia”
En la jornada pasada comenzó la producción local de la vacuna de origen ruso. “Para agosto anhelamos lograr el efecto rebaño”, afirma el infectólogo Hugo Pizzi.
Ubicado en la isla Pollepel, Nueva York, el palacio que hoy luce en ruinas fue un lujoso lugar donde una familia poderosa guardaba su colección militar.
05/05/2024 - 01:02hs
La isla Pollepel, también conocida como Bannerman Island, se encuentra al norte de la ciudad de Nueva York y a metros de la orilla oriental del río Hudson. La popularidad del lugar se debe a una construcción antigua, que otrora funcionó como un castillo donde se almacenaba todo tipo de armamentos.
Esta pequeña isla tiene unos 80 kilómetros, la mayoría es de roca, pero también presenta una hermosa vegetación desde donde se destaca la silueta de lo que fue un bello castillo. Esta construcción sirvió en otro tiempo de almacén para guardar excedentes militares y donde aún se pueden ver las letras de “Arsenal de la isla Bannerman”.
Bannerman Castle, como se lo conoce, lleva el apellido de Frank Bannerman, un escocés que migró hacia los Estados Unidos junto con su familia en la segunda mitad del siglo XIX cuando aún era un niño.
Frank se convirtió en un famoso empresario, pero sobre todo en un gran coleccionista. Su negocio era muy productivo y su catálogo de 350 páginas contenía desde pólvora negra, cañones y cascos hasta uniformes, rifles y espadas, era sumamente famoso.
La Guerra Civil de España fue un antes y un después para este hombre: tras finalizar el conflicto bélico, adquirió tanto equipamiento, incluidos 30 millones de cartuchos de munición real, que las leyes de la ciudad lo obligaron a buscar un almacenamiento alejado de la civilización.
Los Bannerman compraron la isla Pollepel, que después llevaría su apellido en el año 1900, y poco después edificaron el castillo (Bannerman Castle), que serviría de allí en más como casa de verano. Pero, también, como almacén para todo el armamento.
En 1920, durante una tormenta, un rayo cayó en una bandera, provocando un incendio que terminó con una gran explosión del material que se almacenaba, destruyendo los techos del castillo.
Poco más tarde, el ferry que conectaba la isla con la tierra firme se hundió causando numerosas muertes y el gobierno no quiso ponerle sustituto, por lo que el castillo y la isla quedaron totalmente abandonados.
Actualmente, la Bannerman Castle Trust, una organización que se preocupa de su mantenimiento, pretende contribuir a la reconstrucción del castillo organizando visitas guiadas, y los beneficios que se consiguen serán destinados a este proyecto. Lo que se pretende es que esta bella isla recupere el esplendor que en otro tiempo proporcionaba al río Hudson.