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Bob Dylan, el artista que cambió una época

Es Premio Nobel de Literatura y compuso himnos que dejaron su marca en varias generaciones, alcanzando el estatus de leyenda.

En los años 60, Bob Dylan, con su guitarra, su armónica y su honda poesía trashumante, fue un profeta en un mundo en llamas. En los años 70 salió a los escenarios con una guitarra eléctrica y fue abucheado durante un año cualquiera fuera el escenario en el que se presentara. Finalmente, se admitió que a un genio hay que dejar que tenga cuanta metamorfosis necesita; y hoy, su nombre es sinónimo de alto vuelo musical y poético.

A la hora de hacerse una película sobre su vida, un artista como Bob Dylan necesitaba un director que lo igualara en quilates. Así fue, en 2005 Martin Scorsese hizo No Direction Home, un documental para televisión hecho con la más completa colaboración del protagonista. Son tres horas que mantienen un gran ritmo narrativo. Comienza viéndose a Dylan confesar que nació “ en un lugar donde no me correspondía nacer” y que siempre “he estado regresando” a ese hogar tan ajeno como fantasmal.

Martin Scorsese contó: “La auténtica chispa saltó en la entrevista a Dylan de diez horas de duración que me pasó Jeff Rosen (mánager y amigo del cantante, coleccionista de dylanianas y productor del proyecto). Fue ahí que me decidí a hacer el documental. No me importaba lo que Dylan decía sino la expresión de sus ojos. Lo que vi en esa entrevista fueron los ojos de Dylan. Quería seguir la estela de esa mirada... Los tiempos que vivió, las cosas y los cambios que provocó durante los 60. Mucha gente que vivió aquellos años me ha confesado que llora cuando acaba la película. Me dicen que el Dylan de entonces y su permanencia hasta estos días y sus comentarios desde el presente sobre las imágenes del pasado los hace sentir más conscientes de todo lo que se ha perdido y han perdido ellos por el camino”. Más que lo que Dylan dice, lo que impresiona es su mirada. Como dice Martin Scorsese: “La cuestión está en sus ojos, uno ve cosas ahí en el fondo de su cabeza; y las palabras que elige para describir lo que siente son algo fascinante para mí”.

Es una película que indaga en un misterio. Dylan no es fácil de desentrañar. Joan Baez, quien fue su pareja en los años en que ambos eran íconos de la canción folk de protesta, revela en aquel film: “Todavía hoy, más de 30 años después, cada vez que voy a cantar a un concierto benéfico, me preguntan una y otra vez: ¿Va a venir Bobby? Y yo les respondo: Idiotas: no va a venir nunca... Ja ja ja. Puede decirse que por entonces, cuando estábamos juntos, yo no sabía qué pasaba dentro de su cabeza. Pero intentaba saberlo. Ahora ya me he dado por vencida, ja ja ja”. Es que Dylan es un misterio incluso para sí mismo, por eso puede decir: “Compuse las canciones porque necesitaba interpretar las canciones. Y estaban escritas en un idioma que yo jamás había oído”.

Scorsese sigue a Dylan por todas partes sencillamente porque le gustaba verlo, y Dylan se muestra tan inquietante como cercano. La película se detiene en 1966, año en que Dylan tuvo un accidente en moto. Para Scorsese, Dylan es inescindible de los años 60, es en esa década donde alcanza su categoría de símbolo y logra sus mejores resplandores. Un Dylan joven que, recordando esos años con cierta nostalgia, dice: “Lo que tenían en común todos los músicos a los que me quería parecer... se notaba en su mirada. Era una mirada que decía: Yo sé algo que vos no sabés. Yo quería ser así”.

La película lleva por título No Direction Home, porque es un verso de Like a Rolling Stone, uno de los himnos dylanianos. Cuando le preguntaron a Scorsese por qué la música ocupa un lugar tan importante en su filmografía, contestó: “Porque me inspira, en el sentido de que me inspira movimientos, imágenes, estados de ánimo. Es por eso que siento que el cine está tan cerca de la música, por la manera en que la cámara se mueve y la edición y todo ese tipo de cosas. Así que cualquier música que escucho, principalmente rock o música de esa época, es una fuente de inspiración interminable. Siempre vuelvo a la música... es algo incontrolable”. Por eso filmó con tantas ganas la historia de ese artista que canta lo que otra gente quiere decir y no sabe cómo; escribe lo que otros escribieron pero nadie leyó, de manera conmovedora y hermosa.

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