Cómo afecta la Luna al sueño de los argentinos

Ignacio Spiousas, investigador del Conicet y responsable del estudio, asegura que la influencia pudo verse en varias comunidades. “Creemos que tiene que ver con un efecto gravitacional”, dijo.

Con la llegada del coronavirus al país, diversos equipos de inves­tigación centraron sus estudios en las consecuencias que podría tener la pandemia sobre la calidad del sueño.

En este sentido, múltiples trabajos coincidieron en que el descanso fue uno de los pará­metros humanos más afectados durante la cuarentena.

Si bien el foco estuvo puesto en cuadros de angustia, ansiedad, estrés y depresión, un equipo de investigación decidió analizar el problema desde una perspectiva diferente: la lunar.

De acuerdo a un estudio elaborado en el Laboratorio de Dinámica Sensomotora del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), el horario y la duración del sueño en las personas oscilan de acuerdo a la fase en la que se encuentra el satélite natural terrestre.

El trabajo, publicado en la revista Science Advances, concluyó que en los días previos a la Luna llena, la gente se va a dormir unas horas más tarde, a la vez que los períodos de descanso son más cortos.

Además del aporte de la UNQ y el Conicet, el estudio contó con la participación de científicos de la Universidad de Washington y Yale, dos instituciones con trayectoria en el análisis de los ritmos circadianos, es decir, los cambios físicos, mentales y conductuales que sufren los seres humanos durante 24 horas.

Con el objetivo de investigar la relación de la luz de la Luna y el sueño, independientemente del entorno que rodea a la población, los especialistas realizaron un se­guimiento de casi 100 habitantes de co­munidades de pueblos originarios Toba y Qom, de Formosa, que habitan en zonas naturales y acostumbran a vivir sin luz eléctrica. Luego, los resultados fueron comparados con los de un estudio que se llevó a cabo en más de 400 estudiantes de Seattle, Estados Unidos, donde más de 750.000 personas conviven en un entorno altamente urbanizado.

“En los dos casos pudimos ver una modulación en la duración y el momento en el que las personas se van a dormir. Vimos que la duración del sueño de cada sujeto era mayor en los días previos a la Luna nueva y menor un poco antes de la Luna llena, con una amplitud promedio de 50 minutos. Y lo mismo sucedía con el momento en que las personas se van a dormir: la gente se va a dormir más tarde en Luna llena, y antes en Luna nueva, con una amplitud promedio de media hora”, explicó Ignacio Spiousas, investigador del Conicet y responsable del modelado estadístico del estudio. “Como se dan en los dos entornos, independientemente de si hay más o menos luz artificial, creemos que tiene que ver con un efecto gravitacional de la Luna”, añadió.

Por su parte, Leandro Casiraghi, investigador posdoctoral argentino de la Universidad de Washington, destacó que la principal teoría “es que esta sincronización con la Luna se debe a un efecto biológico, pero no creemos que esté siendo modulado por la luz de la Luna per se, porque eso no explicaría cómo las comunidades con luz siguen respondiendo igual”.

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