Cómo es ir a cosechar marihuana a California

Cada vez más jóvenes viajan a Estados Unidos, más precisamente a California, para una práctica que se encuentra entre lo legal y lo ilegal, pero deja grandes ganancias: cultivar y cosechar marihuana.

La llegada depende pura y exclusivamente de una cosa: tener la visa para ingresar a Estados Unidos; ya sea la visa de turista, que te permite estar en el país viajando por un tiempo estipulado, o la que también te permite trabajar. Si contás con la segunda, no vas a tener problemas en conseguir cualquier trabajo para el que estés capacitado. Si solo tenes la visa de turista, se complica un poco más, pero no es imposible, ya que el negocio está en auge y necesita mucha mano de obra.

Para saber más acerca del tema, es que este cronista se contactó con María Victoria Hernández, contadora pública recibida en la UNLP, que realizó este viaje para que nos cuente sus experiencias. “Lo primero que tengo que decir, es que es una experiencia única. Vas a trabajar. Y mucho. Pero pagan bien: yo me compré un terreno con lo que gané”, afirma María Victoria, y sigue: “Fue un poco chocante porque no manejaba buen nivel de inglés y hablar con una cowboy era complicado por su acento y sus mañas. A mí me habían dicho que ibas a California, en mi caso fue Lake, te parabas a la vera de la ruta o cerca de un grow shop con un cartel ofreciendo tus servicios y en algún momento alguien se acercaba a hablarte. Y así fue, estuve un rato caminando con un cartel y una camioneta se me paró al lado para preguntarme si realmente quería trabajar. Le dije que sí, entonces me dijo que subiera atrás, con otro grupo de personas que casi todas hablaban castellano. Ahí me tranquilicé”, dice Hernández.

“Yo por suerte llegué a un lugar armado, pero otros me han contado que llegaron a un terreno pelado y hasta tuvieron que hacer los invernaderos. A mi solo me quedaba el cuidado diario de las plantas: riego, fertilización, control de plagas. Trabajaba 6 días por semana y me pagaban 15 dólares la hora”, dice María Victoria, para luego empezar a rememorar la última etapa de la cosecha, cuando se arrancan las plantas de raíz y se cuelgan boca abajo en galpones gigantes, época donde más se trabaja. “La etapa de manicura es reaburrida, es sentarse 12 horas por día a cortar las flores, sacarles las hojas y envasarlas en paquetes de casi 500 gramos. ¡Ese otro trabajo me pagaban 150 dólares la bolsa, además de lo del día!

Para finalizar, viene la parte que se divide entre lo legal e ilegal. En 2018 California autorizó la producción y el uso recreativo de cannabis pero no el trabajo en negro que realizan quienes van hasta allí. “El riesgo está, sí, pero también están las ventajas. Son lugares realejados, todos en el pueblo saben lo que pasa y que son trabajadores. Si vas a trabajar y sos tranquilo, te volvés con una torta de plata por poco tiempo de trabajo”, cierra Hernández sobre su experiencia.

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