Cultura

Especies animales al borde de la extinción y la urgente necesidad de un cambio cultural

Como consecuencia directa de la acción humana, desde comienzos del siglo XX a la fecha más de 50 variedades de mamíferos desaparecieron. El naturalista Humboldt había planteado ya la necesidad de preservar la fauna.

Aunque todos los años se descubren especies animales nuevas, muchos ejemplares se hallan en vías de extinción. Los naturalistas aseguran que, desde comienzos del siglo XX hasta la fecha, son más de 50 las variedades de mamíferos que perecieron.

El célebre naturalista Linneo llegó a la conclusión, por el año 1758, de que existían 4.236 especies de animales sobre la Tierra. Los investigadores que lo sucedieron ampliaron enormemente el listado. Pero hay datos alarmantes. En Estados Unidos dejaron de existir alrededor de 30 especies en los últimos 200 años, y un centenar de ellas se acercan lentamente a su fin.

Si bien no hay una nómina de todas las variedades animales que han sido liquidadas por el hombre, lo cierto es que muchas de ellas coinciden con las presas más codiciadas por los cazadores. A mediados del siglo XIX, el naturalista alemán Alexander Von Humboldt propuso la creación de “gigantescos monumentos a la naturaleza”: un proyecto de conservación de zonas ricas en flora y fauna y que hoy se adoptó en casi todos los países del mundo bajo la calificación de parques nacionales.

Entre las especies en vías de extinción está la gacela del Sahara. A pesar de su gran velocidad, el hombre la ha diezmado casi por completo. Lo mismo ocurre con el leopardo africano, que ha sido víctima de una persecución sistemática, por sus inquietantes paseos nocturnos y, en especial, su asedio a las cabras y antílopes –únicos medios de vida en las castigadas planicies de Egipto–.

Otro animal del que quedan contados ejemplares es el cocodrilo del Misisipi, que pese a su longevidad –viven entre 30 y 40 años– y a llevar nada menos que 175 millones de años sobre la Tierra, su codiciada piel lo ha llevado al borde de la extinción. Estos animales son capaces de sobrevivir a todo, menos al hombre. En efecto, un grupo de científicos europeos sometió a un par de cocodrilos a un experimento con radiaciones nucleares similares a las que provocaría una bomba atómica. Al finalizar las pruebas, los reptiles sobrevivieron indemnes. Pero los zapatos, las carteras y otras obras de marroquinería son para estas criaturas una amenaza peor que una guerra nuclear.

La situación se agrava por la irracionalidad de los líderes de las potencias mundiales. Basta recordar la decisión de Trump de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París, la convención de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. La biodiversidad se ha reducido un 58% en 40 años.

Nuestra civilización ha llegado a la siguiente paradoja: nunca se alcanzaron tantos conocimientos sobre la importancia esencial de la biodiversidad, pero, al mismo tiempo, nunca han desaparecido tantas formas de vida sobre la ­Tierra.

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