Cultura

Pablo Neruda y sus tres esposas

El poeta chileno fue uno de los que mejor le cantaron al amor, pero sobre todo el que más intensamente lo vivió.

Pablo Neruda era un hombre que se encandilaba fácilmente con la belleza de las mujeres. Siendo adolescente conoció a Teresa Vázquez, quien fuera “reina de la primavera” y por quien una noche el poeta pudo escribir los versos más tristes, los que inspiraron el famosísimo poema XX, cuando se dijeron adiós. Se enamoró también de una compañera del Instituto Pedagógico, Alberta Azócar, a quien él acompañaba hasta la pensión, caminaban por la Alameda: “Salíamos a andar y andar, nomás. Nos sentábamos en alguna parte para conversar y fuimos algunas veces al cine”. Pero ella se terminaría casando con otro poeta, Ángel Cruchaga.

Durante los años que ejerció tareas diplomáticas en Rangún, Neruda se enamoró dramáticamente de una nativa. Se vestía como una inglesa y su nombre de calle era Josie Bliss, pero en la intimidad de su casa se despojaba de tales prendas y de tal nombre para usar su deslumbrante sarong y su recóndito nombre birmano. El romance duró unos meses, “hasta que la dulce Josie Bliss fue reconcentrándose y apasionándose hasta enfermar de celos. A veces, de noche, me despertaba la luz encendida y creía ver una aparición detrás del mosquitero. Era ella, apenas vestida de blanco, blandiendo su largo cuchillo indígena, afilado como una navaja de afeitar, paseándose horas frente a mi cama sin decidirse a matarme. Con eso, me decía, terminarían sus temores”. Un mensaje oficial puso fin al peligroso idilio: el anuncio de nuevas tareas asignadas en Ceilán. Preparó el viaje en secreto y un día, dejando su ropa y sus libros, salió de la casa como de costumbre, pero para subirse a un barco que lo alejaría para siempre de ella. Luego vendrían los matrimonios.

Su primera esposa fue Maryka Antonieta Hagenaar Vogelzang, una holandesa a la que conoció durante el tiempo que pasó en la isla de Java como cónsul. Era una mujer alta, suave, hierática, extraña totalmente al mundo de las artes. Se casaron el 6 de diciembre del año 1930 en la ciudad de Batavia. Cuatro años después, en Madrid, nació Malva Marina, que padecía de hidrocefalia y fallecería a los ocho años de edad.

¿Quién era “La Hormiguita” argentina?

Delia del Carril, “La Hormiguita”, era la quinta hija de un matrimonio de estancieros argentinos. Cuando Pablo Neruda la conoció, en junio de 1935, era una hermosa pelirroja de 20 años, el mismo tiempo que duró el matrimonio, que terminó cuando Neru­da debió huir de Chile perseguido por el gobierno de Gabriel González Videla. Se casaron en México, en 1953.

Delia era pintora, pero abandonó su carrera artística para convertirse en secretaria y edito­ra de los textos del poeta. En un poema de Memorial de Isla Ne­gra, Neruda escribió: “Delia es la luz de la ventana abierta / a la verdad, / al árbol de miel, / y pasó el tiempo sin que yo supiera / si quedó de los años malheridos / solo su resplandor de inteligencia / la suavidad de la que acompañó / la dura habitación de mis dolores”. Delia murió en Santiago de Chile, el 26 de julio de 1989.

Matilde Urrutia y Pablo Neruda se conocieron en México, cuando ella hizo las veces de enfermera del poeta. Delia le pidió a Matilde, quien vivía en ese país ganándose la vida como cantante y bailarina, que se encargara de cuidar a su marido, que por esos días sufría de una tromboflebitis y debía estar en reposo. Matilde fue su mayor musa, para ella fueron Los versos del capitán, publicados en Nápoles en 1952 en forma anónima.

Él dejó a Delia y comenzó una vida nueva con Matilde, quien lo acompañó hasta el último día de la vida de Neruda, el 23 de septiembre del año 1973.

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