Dar sin pedir nada a cambio

Ese es el trabajo que realiza Cristian Tobio, un platense que decidió viajar al sur para ayudar a las personas que perdieron todo en la Comarca Andina.

En febrero de este año decidió irse al sur. Con 43 años de edad y un espíritu de bondad, Cristian Tobio pone sus manos para construir lo que el fuego destruyó. Así intenta devolverles a los habitantes un nuevo hogar desde lo material y tratar de sanar sus mentes desde lo espiritual. Realiza cursos para que esos momentos de dolor y sufrimiento puedan quedar en un mal recuerdo.

Desde el sur del país, y en contacto con el diario Hoy, el platense describió los detalles de esta aventura solidaria por la que va camino a cumplir medio año lejos de la ciudad.

—¿Qué es exactamente lo que hacés en el sur?

—Pertenezco a una fundación: El Arte de Vivir. Soy voluntario y estoy en zonas de catástrofes, sean naturales o no. Por ejemplo la primera vez que empecé a participar en esto fue en el 2011, cuando explotó el volcán en Villa La Angostura, cuando dimos cursos postrauma. La fundación tiene un montón de programas, pero en estos lugares se llaman así. Le damos cursos a la gente para salir del estrés de la depresión, del shock, de las impresiones que deja una situación como esta.

—¿Cómo comenzó esto de querer ayudar en lugares donde se produjeron catástrofes?

—En 2013 estuve ayudando y asistiendo en la inundación en La Plata, un año después en Formosa por el mismo motivo. En 2016 en Ecuador para ayudar luego de un terremoto. Este año en los incendios que se produjeron en el sur argentino, precisamente en la Comarca Andina. Vine por cuatro días a ver cómo estaba la situación y después volví, y me enfoqué en ver como traer los cursos. Pero me di cuenta de que la gente necesitaba a contrarreloj tener un techo. Empezamos a pedir donaciones a través de la fundación de materiales de la construcción, de chapas, clavos, aislantes.

—¿Trabajás solo o te ayudan más personas?

—Y nos hicimos un equipo con un constructor de la zona y su esposa. Dijimos nosotros podemos poner la mano de obra, no sabíamos hacer casi nada pero fuimos aprendiendo. Nos hemos astillado los dedos, cortado, pero aprendiendo cada día más. Y en tres meses llevamos hechas 17 estructuras con techos. Son viviendas que pueden quedar de por vida: algunos dicen que son mejores que las casas que ya tenían.

—¿De qué se tratan los cursos?

—Son cursos postrauma que empezamos a dar a partir de los dos meses, que es cuando la gente recién empieza a caer de toda la parte de adrenalina en lo que ha sucedido y empiezan a bajar todas las emociones.

—¿Y cómo están los habitantes de la Comarca?

—Empiezan a contarte que no pueden dormir, que sienten que se prende fuego o sueñan con el incendio. Los mismos nenes sueñan que se queman, que se muere la familia, se hacen pis en la cama o algunos no pueden ir al baño. Comienza a somatizar el cuerpo y ahí es donde podemos empezar a dar los cursos, porque la gente al principio se aboca a reconstruir. Tenemos una segunda etapa que es la leña de los árboles quemado. Y también vamos hacer una tercera etapa de reforestación que va a ser en agosto, para reforestar árboles y plantas autóctonas. Cada tres días estamos terminando una construcción y atrás viene otra organización, que a veces le pone ladrillos de adobe. Algunas están hechas desde cero, por ejemplo una casita que hicimos desde cero a un abuelito.

—¿Qué hace la fundación?

—Es todo voluntariado, no se cobra un centavo. Mucha gente me pregunta. “¿Por qué te quedás?” De chico a mí me gustó ayudar siempre y encontré un lugar donde nadie me pide algo a cambio. Y cuando uno da, el primer beneficiario es uno mismo; a la vez te llevás un montón de cosas que no tienen precio.

—¿Cómo puede ayudar la gente?

—Nos pueden contactar por Instagram, pueden consultar por el voluntariado o llamar para donar, a un corralón directamente o a la página de la fundación. Tenemos una página donde pueden hablar hasta con el beneficiado; ni siquiera pasa por nosotros para que sea bien transparente todo, para que la gente se quede tranquila donde va su donación. Cada pesito suma: @crisstobio @elartedevivircomarcaandina.

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