Desde la UNLP afirman que bajó la pobreza energética durante 2020
El Observatorio de Servicios Públicos lanzó un informe donde marcó que casi 9 millones de personas salieron de esa situación, en la que habían caído por no poder afrontar el pago de las facturas de luz y gas entre 2016 y 2019.
Desde el Observatorio de Servicios Públicos (OSP) de la UNLP, marcaron en un informe que durante el 2020 la pobreza energética cayó notablemente, sacando a 3 millones de hogares unas 9 millones de personas- de esta situación en la que se habían visto inmersas entre los años 2016 y 2019, por no poder afrontar el pago de los servicios de luz y gas.
“Este es un dato muy positivo para la situación en la que estamos viviendo, en plena pandemia y crisis provocada por la recesión económica de 2018 y profundizada por la pandemia, que haya gente que tenga que afectar menos porcentaje de sus ingresos para poder pagar los servicios, calefaccionar y tener un hogar confortable es una buena noticia”, dijo a diario Hoy Eduardo Baldi, director del OSP.
Aun así, hay muchos hogares que todavía permanecen en ese estado y se debe a que las personas viven una situación de pobreza general. “Lo que marca el informe y lo que analizamos es que todavía hay un porcentaje del 17% de los hogares con menores recursos, lo ideal sería que todos salgan de esa pobreza energética pero esto se relaciona con la pobreza entendida multidimensionalmente”, dijo Baldi.
El informe relata también que los hogares que salieron de esa condición, lo hicieron gracias a los programas de asistencia desplegados por la administración actual del Estado nacional y al congelamiento tarifario que se aplicó.
“En tema energético es fundamental que se contemple la situación económica al momento de regular las tarifas porque todo esto tiene que ver con los ingresos de la población, en función del aumento, la baja de ingresos y de los precios en general, es importante contemplar esa situación al momento de adecuar los cuadros tarifarios”, marcó.
El experto destacó que una de las medidas importantes del último tiempo fue no aumentar las tarifas de los servicios en la misma medida que pedían las empresas, además el congelamiento de las mismas garantizó que la gente no tenga que destinar tantos ingresos para costear la energía. “Los aumentos tienen que ser razonables y contemplar los ingresos y los precios porque estamos en un proceso inflacionario complejo”, concluyó.