Día Internacional de las Lenguas de Señas y 71 años de lucha por las personas sordas

Tiene su origen en 2017, cuando la Federación Mundial de Sordos propuso ante la Asamblea General de Naciones Unidas la creación de esta fecha para destacar la importancia de este sistema de comunicación. Gracias a eso hoy se celebra el uso de esta lengua.

El 23 de Septiembre no fue una fecha elegida de casualidad, ya que coincide con la puesta en marcha de la Federación Mundial de Sordos, en el año 1951. Al día de hoy, dicha Federación reúne alrededor de 135 asociaciones a nivel nacional de sordos.

“La plena realización de los Derechos Humanos de las personas sordas”, dice la página web de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Eso es lo que se busca este día en especial, que el mundo no sordo tome conciencia de lo necesario que es el rol de las lenguas de señas para mucha gente que habita el mundo.

En estos momentos, habitan, según datos de la ONU, alrededor de 70 millones de personas sordas en el planeta; al mismo tiempo las formas de esta comunicación engloban unas 300 lenguas de señas diferentes, siendo las mismas de ellas de mayoría local. La Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU dice que cada una de estas posee “el mismo estatus que las lenguas habladas”.

El Día Internacional de las Lenguas de Señas es una oportunidad única para apoyar y proteger la identidad lingüística y la diversidad cultural de todas las personas sordas y otras personas que usen la lengua.

La importancia de la lengua de señas

Diferentes estudios ya han demostrado la importancia de considerar a la lengua de señas como lengua materna y natural, destacando que cualquier sordo o sorda dependiendo de que haya aprendido la lengua de señas o no, este es su canal natural de comunicación.

La comunicación en los seres humanos es útil para todo: para alimentarnos, para crecer, aprender, trabajar, y hasta para disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos.

¿Cómo comunicarse con una persona sorda?

El lenguaje gestual es la única opción posible y se recibe con la vista, algo importante si tenemos en cuenta que percibimos más del 90% por los gestos, o sea que no es difícil comunicarnos con personas que no escuchan y no hablan. Por este motivo las personas oyentes tienen que ser más inclusivas y respetar la lengua de señas como lengua materna de la persona sorda y apoyar medidas que garanticen el pleno desarrollo de todos sus derechos.

Todos los años desde que comenzó al día se le agrega un lema, el de 2022 es “las lenguas de señas nos unen”, porque se quiere resaltar la unidad que generan nuestras lenguas de señas, y el valor que tienen en la diversidad y la identidad lingüística y cultural de las comunidades.

Una familia y un niño sordo

Diario Hoy se comunicó con una familia platense, los Riggori, que están conformados por papá Carlos, mamá Silvia y Luca, un niñito sordo de 5 años de edad, que corre por toda la casa como si no fuera consciente de su sordera, que según Carlos “lamentablemente es para toda la vida”. También, sobre el mismo tema, opina: “Hace poco vi un video donde a un nene de la edad de Luca le ponían una prótesis y lo filmaban cuando oía por primera vez. Casi me muero, no podía parar de llorar, pero eso para nosotros es muy, muy difícil”. Carlos agrega que el valor de dicha operación, que podría cambiar la vida de Luca, está totalmente fuera del alcance económico de la familia.

Por su parte, Silvia, la mamá, cuenta que “al principio notábamos algo raro en él, como falta de reacción a ciertos estímulos o ignorancia a sonidos altos que lo podrían asustar, pero también como solía dormir como un chancho lo dejamos pasar”. “Más tarde, cuando empezamos a ver que no nos respondía ni nos escuchaba, que fue a los pocos meses, fuimos al médico y nos dijo lo peor: Luca era sordo y no se podía curar porque nació así, solo una operación con prótesis carísima lo podía curar y que se hacía en Inglaterra”, relata Silvia a punto de llorar, pero luego explica: “Cuando empezamos con el lenguaje de señas, todo era nuevo para nosotros, todo. Pero nada nos iba a hacer bajar los brazos y acá estamos, los 3 como empezamos y vamos a terminar. Fue difícil primero aprender nosotros y después enseñarle a él, pero una vez que lo interiorizas, la comunicación es exactamente la misma”. “Nosotros no tenemos problemas para comunicarnos con él así como él con nosotros tampoco, empezó a hacer amigos en unos talleres especiales al que lo llevamos. La verdad, al principio es duro, pero un problema o 10.000 no van a cambiar el amor que tenés por tu hijo y lo que harías por él. ¡Aprendan lenguaje de señas!”, concluyó Silvia.

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