Día Mundial del Veganismo: alimentación y conciencia

Es un movimiento que respeta los derechos de los animales y representa para muchos una forma de vida. ¿Cuándo surgió y cuáles son sus principales diferencias con el vegetarianismo?

La fecha para celebrar el Día Mundial del Veganismo fue elegida porque el 1° de noviembre de 1944, Donald Watson y su mujer Elsie Shrigley fundaron The Vegan Society. Era una sociedad con unas pocas docenas de miembros que se alimentaban a base de plantas. Ese mismo día también se publicó el primer número del informativo “The Vegan News”.

Hoy se sabe que el veganismo no es solo llevar una dieta libre de productos animales, sino que también apuesta por el uso de productos cosméticos y de cuidado personal que no hayan sido testeados en ellos. A su vez, impulsa el uso de prendas y accesorios que no se hayan obtenido mediante la explotación animal. Este movimiento mundial también argumenta que al reducir la demanda de carne, huevos, leche, cuero, lana y otros productos de origen animal, se reduce el gasto de recursos y los desperdicios, lo que beneficia al medioambiente.

Dejando la militancia a un lado, ¿qué es lo que come un vegano?

La alimentación a base de plantas se reparte entre hortalizas y verduras, legumbres, frutos secos y semillas, cereales integrales y frutas. No hay que olvidar que es necesaria la suplementación de vitamina B12 y en algunos casos también de vitamina D (aunque muchos suplementos de la vitamina D3 suelen ser de origen animal).

El vegetarianismo sí es una dieta y apunta a ser lo más saludable posible. Quienes lo cultivan pueden consumir leche de vaca o cabra, miel, manteca, huevos y todo tipo de lácteos.

Pues bien, además de entrar en los pormenores de estas dos corrientes, es necesaria la voz autorizada de alguien que lleve este estilo de vida para poder contarnos un poco más acerca de ella. Es por este motivo que desde el diario Hoy nos comunicamos con Mariana Devia, activista vegana y ambientalista independiente, para que nos cuente su experiencia: “Me hice vegana en 2012 por una cuestión de empatía. Ya era vegetariana hace un tiempo y estaba participando en protestas pacíficas por el cierre del zoológico y me di cuenta de que mi mensaje no era coherente: estaba pidiendo por la liberación animal y seguía comiendo huevos y queso. Luego de pensarlo y de ver documentales como Earthlings, The cove y después de escuchar El mejor discurso que jamás escucharás de Gary Yourosky (militante de la liberación animal), ya lo había decidido”, dijo la joven activista. Sobre la dificultad de conseguir productos veganos, la mujer comentó: “Hoy en día la demanda de productos veganos creció tanto que encontrás quesos, leches, hamburguesas, helados y todo lo que se te pueda imaginar en supermercados y dietéticas. Los emprendimientos veganos también crecieron por suerte, así que ser vegano es una gran opción, ¡investiguen!”.

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