CULTURA

El diálogo de Alejandro Dolina con José Edelstein

Uno es escritor y conductor consagrado de radio, el otro un prestigioso científico argentino radicado hace muchos años en España. Se juntaron para conversar sobre arte y ciencia.

No hay definición más simple: la ciencia es una forma trabajosa de comprender el mundo. En el caso de Alejandro Dolina, se considera apenas un aficionado. Al principio, se asomó al mundo de la ciencia con una especie de culpa, sintiendo que los que habían estudiado humanidades, en general, lo habían hecho porque les resultaba más fácil y con menos esfuerzo les permitía armarse una visión de la vida. Era la época en que consideraba que los científicos formaban parte de las huestes de los “Refutadores de Leyendas”, para quienes toda la naturaleza puede expresarse en términos matemáticos y, lo poco que queda afuera, no existe. Luego, en su búsqueda de la belleza, fue ensanchando su mirada, hasta abarcar, también, a la ciencia. Entonces, por curiosidad, empezó a leer indiscriminadamente libros de divulgación científica, desde Isaac Asimov hasta los maravillosos Dawckins y Feynman. Hombres que, además de ser pensadores científicos, tenían mucho de escritores también. José Edelstein, por su parte, un físico en partículas que hizo su doctorado en La Plata, pensó siempre que la ciencia es una vía de acceso a la belleza. Nada más natural que se juntaran a conversar sobre ese territorio de inquietudes compartidas.

En el marco del ciclo “Transfronterizas. Conversas de Arte y Ciencia” que el Instituto Galego de Física de Altas Enerxias puso en marcha hace varios meses, el escritor y conductor del programa La venganza será terrible fue convocado para dialogar con otro argentino: el físico teórico radicado en Santiago de Compostella, José Edelstein. Fruto de su admiración recíproca y la complicidad intelectual de lectores avezadísimos, se sumergieron a la pesca de las continuidades entre dos extremos que no son tales: el campo cultural y el científico.

Hay quien asegura que la compresión de algunas cuestiones científicas requiere paciencia. Entonces, explica el Negro Dolina: “Uno lee una y diez veces lo mismo, procurando que sus entendederas se ablanden un poco y resulten más hospitalarias con la complejidad de conocimientos disponibles”. Por su parte, Edelstein sostiene: “Hay muchas formas de textos que uno puede escribir, desde discursos hasta obras de teatro, y también la comunicación de la ciencia es una forma de la literatura. Basta pensar en los Premios Nobel a Bob Dylan o Winston Churchill.” Dolina siente con esta última frase que han pisado su terreno: “En el caso de Churchill era porque no podían darle el Premio Nobel de la Paz. La idea inicial era darle ese premio, pero, como había sido protagonista de una guerra, les pareció que era demasiado y buscaron otra cosa. De todos modos, fue un notable es­critor”.

Paradojas de la libertad

Hablar de libertad abre una pregunta que ha desvelado a los filósofos pero que también es de carácter científico: ¿el azar es producto de nuestra ignorancia o sí es una prerrogativa de la naturaleza? Está todo escrito y no lo sabemos, o no hay nada escrito. La cuestión los apasiona a ambos. Alejandro Dolina explica: “En verdad, la libertad es una invitación a la paradoja todo el tiempo. Primero, ante la idea de la libertad, se cruzan las otras ideas de la libertad del Otro. La aparición del Otro conspira contra la libertad, con su vulnerabilidad, con su amor. ¿Quién no eligiría sujetarse a la voluntad de ser amado? Si la libertad es elegir, está la paradoja de que uno por ahí elige la sujeción. No elige la libertad. La sujeción, por ejemplo, a un ser querido: a un hijo. Cuantas veces nos hemos escuchado decir: En realidad no es lo que quiero, pero es lo que quiere mi hijo, pues entonces es lo que quiero yo. Esas pequeñas paradojas pueden volverse grandes y conflictivas cuando empezamos, por el pensamiento de Sartre, a ver qué pasa cuando en la sociedad yo quiero ser libre y el de al lado también. Nuestros deseos no coinciden. Entonces, ¿cómo organizar esta interacción de las libertades? Es una cosa que no siempre sale bien.” 

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