El primer volcán radiografiado del continente será argentino
Profesionales del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) instalaron el primer telescopio de muones de Latinoamérica en el volcán Copahue.
Con el objetivo de estudiar detalladamente su estructura interior y hacer una “radiografía” del macizo más activo del país, acaba de ser instalado en el volcán Copahue (Neuquén) el primer telescopio de muones de Latinoamérica. El trabajo, realizado a partir de una novedosa técnica en el campo de la volcanología, fue obra de un equipo de profesionales del Servicio Geológico Minero Argentino.
El volcán Copahue (“lugar de aguas sulfurosas” en lengua mapuche) está ubicado en el noroeste de la provincia de Neuquén, en el límite entre Argentina y Chile. Su historia eruptiva se remonta aproximadamente a 125.000 años y está considerado por los especialistas en volcanología como el más activo del país. En su cima se reconocen nueve cráteres alineados, de los cuales el único activo es el más oriental, que contiene un lago ácido y presenta actividad fumarólica permanente. En un radio de pocos kilómetros se encuentran las localidades turísticas de Copahue y Caviahue, conocidas por su villa termal y su centro de esquí, respectivamente, visitadas por miles de personas cada temporada de verano e invierno.
El proyecto de instalación del telescopio de muones, el análisis y la recolección de los datos sobre el volcán son parte de la tesis de doctorado del geofísico Matías Tramontini, becario del Conicet. “El telescopio fue fabricado en Francia, en el Instituto de Física de los 2 Infinitos de Lyon (IP2I)”, dijo Tramontini. “Llegó a la Argentina a través de un convenio que se firmó entre la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) y la Universidad Claude Bernard Lyon 1”.
Con la radiografía de muones se puede caracterizar la estructura de un volcán: si la densidad es muy baja, quiere decir que posee una roca que ha sido alterada o que tiene muchas fracturas y, por lo tanto, se trataría de un volcán mecánicamente frágil con tendencia a un colapso. “Forma parte de un proyecto de investigación para la aplicación de una nueva metodología en el campo de la volcanología, que va a permitir intentar comprender el interior del cráter del volcán y hacer inferencias sobre su comportamiento”, contó Sebastián García, director del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica del Segemar.
Desde 2012, el volcán se monitorea de forma permanente desde Chile, a través del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile, y desde el año 2020, por el OAVV del Segemar, en conjunto con el gobierno de la provincia de Neuquén. A través de los acuerdos binacionales firmados entre Argentina y Chile, se lleva adelante el monitoreo conjunto de la actividad del macizo neuquino.
Actualmente, la red de monitoreo del volcán Copahue se encuentra conformada por doce estaciones que cuentan con tecnología de última generación e incluyen sismógrafos, equipos GPS para medir deformación, equipos de medición de gases y cámaras de monitoreo visual. Esa red permite la realización de un monitoreo de muy alto nivel, posibilitando la detección de patrones precursores de actividad eruptiva y la consecuente generación de alertas técnicas volcánicas asociadas.