ciencia

Nuevo descubrimiento sobre la arquitectura romana

Se pudo confirmar que es debido a la utilización de cal viva que las estructuras de la antigua Roma continúan aún en pie.

Un equipo de científicos, integrado por expertos de la Universidad de Harvard, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, y de laboratorios de Italia y Suiza, logró determinar una de las grandes incógnitas en torno a la antigua Roma. Los especialistas a cargo confirmaron que gracias a la cal viva estructuras tan imponentes y viejas siguen aún en pie.

Durante mucho tiempo se pensó dentro del ámbito científico que el secreto del hormigón romano para mantener durante tantos años estructuras tales como el Coliseo era la ceniza volcánica del área de Pozzuoli, en la bahía de Nápoles. Ahora, el hallazgo, que ya fue publicado en revistas científicas, da cuenta de que en realidad el secreto era la cal viva, que no solo provoca que los materiales se sequen antes, sino que también tiene un rasgo de autorreparación. “Si los romanos pusieron tanto esfuerzo en hacer un material de construcción sobresaliente, siguiendo todas las recetas detalladas que habían sido optimizadas a lo largo de muchos siglos, ¿por qué pusieron tan poco esmero en la producción final? Tenía que haber algo más en esta historia”, se preguntó Admir Masic, uno de los integrantes del equipo a cargo. Esa incógnita fue uno de los motores por los que los especialistas decidieron ir a fondo con la investigación. Según mencionaron, se sabía que las edificaciones contaban con pequeños y distintivos rasgos de minerales blancos brillantes a escala milimétrica. Hasta la fecha, se habían considerado una simple evidencia de mezclas descuidadas o materias primas de no muy buena calidad. Es ahora, que el estudio confirmó que esos diminutos clastos de cal le dieron al hormigón una capacidad de autorreparación.

“Desde que comencé a trabajar con concreto romano antiguo, siempre me han fascinado estas características. Estos componentes no se encuentran en las formulaciones modernas de hormigón, entonces, ¿por qué están presentes en estos materiales antiguos?”, prosiguió Masic. Continuando con la explicación brindada, mencionaron que el examen espectroscópico proporcionó pistas de que estos gránulos se habían formado a temperaturas extremas. Esa mezcla, en caliente, terminó siendo así la clave de su naturaleza más que duradera. “Los beneficios de la mezcla en caliente son dobles. Por un lado, cuando la mezcla se calienta a altas temperaturas, se producen procesos que no son posibles si solo se usa cal apagada. Por otro, este aumento de la temperatura reduce significativamente los tiempos de curado y fraguado, ya que todas las reacciones se aceleran, lo que permite una construcción mucho más rápida”, explicó el experto, quién concluyó: “Es emocionante pensar en cómo estas formulaciones más duraderas podrían expandir no solo la vida útil de estos materiales, sino también cómo podrían mejorar la durabilidad de las formulaciones de las impresiones 3D”.

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