El sueño de la futura ingeniera ensenadense que dio un discurso en la NASA

Se trata de Malena D’Addona, quien tiene 17 años y hace días regresó de un viaje de intercambio en Estados Unidos. Está en sexto año de la Secundaria y quiere estudiar Ingeniería Espacial. La eligieron para dar un mensaje entre más de 100 alumnas adolescentes de todo el mundo.

No fue un viaje más de vacaciones. Ni siquiera el regreso de una excursión de egresados que cualquier chico del colegio secundario tendría. Fue una aventura única, en la que Malena D’Addona, con apenas 17 años, pudo adquirir conocimientos que muchas personas no tendrán en toda una vida.

Esta es la historia de la joven ensenadense que cursa el sexto año de la escuela La Merced y el jueves volvió a su ciudad después de haber vivido una experiencia única en Estados Unidos: recorrió la sede de la NASA en un programa de intercambio para el cual fue seleccionada de manera exclusiva para dar un discurso final.

En contacto con el diario Hoy, la joven estudiante de Ensenada relató los momentos vividos afuera del país y anticipó sus prioridades de cara al futuro.

“Antes de salir de Argentina con Aitana de Mendoza y Paula de Córdoba, nos vimos con el embajador de Estado Unidos, quien nos expresó sus buenos deseos para nuestro viaje para el intercambio. Él nos pidió que nos contactáramos con Carla Finkelstein, una científica argentina radicada allá que es profesora y trabaja en la universidad. Ella hizo un gran aporte al desarrollo de las pruebas de Covid, una persona admirable y que sea Argentina, mejor”, arrancó contando la joven que sueña con desarrollar la carrera de ingeniería.

“Tuvimos un almuerzo juntas. Y nos hizo darnos cuenta de lo hermoso que es dejar a nuestro país en la cima del mundo, porque ella se destaca por lo que hizo y sigue haciendo. En la reunión concluimos que la educación es la base de todo. Tiene mucha mentalidad argentina porque decía: Nosotros nos arreglamos con lo que tenemos y hacemos posible lo imposible, y allá si no tenés nada servido sienten que no pueden hacerlo”, explicó Malena sobre este encuentro inspirador que ocurrió en la previa del desembarco en la NASA.

Una vez que las tres jóvenes argentinas llegaron a Estados Unidos, la aventura de intercambio tuvo su primera escala en Washington. “Llegamos el 8 de julio y hasta el día que volví todo fue de película. Ahora tengo amigas de todo el mundo, hermanas, porque pasamos un montón de cosas juntas y aprendimos un montón. Me sentí intimidada por lo enorme que es esta Universidad Virginia Tech, el prestigio que tiene: es una de las mejores en términos de facultad ingeniería. Éramos 125 chicas en cuatro cursos, el mío de 31 se llamaba “Sistemas automatizados usando microprocesadores”, que son cuestiones de electrónica y programación. Nosotras creamos un robot que se llama Study Buddy, que significa compañera de estudio. Es el eje principal de un juego interactivo para aprender sobre ciencia. Fue un desafío enorme el crearlo. Más allá de la complejidad de la electrónica, trabajar con dos personas que son del otro lado del mundo; y el inglés, tratar de entender a pesar del acento. Aun así, nos rompimos el alma para hacer que funcione, con errores pero lo logramos. Estoy muy orgullosa tanto de mis compañeras como de mí. Una es de Líbano, de Medio Oriente; y la otra de Camerún. A pesar de ser de diferentes partes del mundo, la pasión por la ciencia nos unió y nos motivó para ser capaces de hacerlo. De los otros cursos, uno se llamaba “Rhythm” y programaban con un lenguaje musical. El otro diseñaba moléculas en la computadora, “Biología molecular” era el nombre. Y el otro, “Rivers” era su nombre, donde estudiaban ríos y cambios climáticos. El mío lo elegí porque es lo más orientado a lo que me gusta a mí”, describió maravillada de todo lo que le tocó atravesar.

“Fueron las dos mejores semanas de mi vida porque, más allá del estudio y conocer culturas nuevas, conocimos una mujer que trabaja en la NASA; y como soy fanática de lo que es el ámbito espacial, le pregunté qué piensa de cómo estamos en Argentina con respecto a este tema. Argentina la está rompiendo, me contestó”.

El día más esperado en la NASA

Malena D’Addona fue seleccionada entre las participantes de este viaje para brindar un discurso como representante internacional nada menos que en la NASA.

“Me preguntaron si podía dar un discurso y me emocioné. Pensé cómo pasé de vivir en Ensenada a llegar a dar un discurso en la NASA. Al otro día, ni bien llegamos, la mañana estuvo centrada en conocer el proyecto en el que están trabajando, que es el telescopio Nancy Grace Roman, que fue una astrónoma de hace muchísimos años y trabajó en lo que fue llegar a la luna. Está en construcción, y nos contaron que va ser mejor que el que lanzaron hace poco, el telescopio James Webb. Los objetivos van a ser, más allá de estudiar los astros, la materia negra y la energía negra, que son un misterio”, relató.

“Nos llevaron al laboratorio donde se creó el telescopio James Webb, el que tiene forma de panel de abeja y es el mejor creado hasta el momento. Está en el espacio ahora y nos enviaron imágenes increíbles”, continuó.

Llegó el momento en el que Malena tenía que hablar delante de muchas personas y contar lo que sentía al cumplir su sueño.

“Después de ver el recorrido, fuimos a un teatro donde estaban las mujeres científicas de la NASA, que eran en su mayoría extranjeras. Sus testimonios fueron muy inspiradores y afirmaban que esto no es imposible. Mujeres piloto, ingenieras, mujeres maravillosas. Nos quisieron decir que las ciento y pico de las que estábamos ahí podíamos ser una de ellas en un futuro. Y compartir su pasión con nosotras. Después me tocó el discurso, dije que para mí había sido un día mágico, de película, como una adolescente argentina fanática de la NASA me sentí como tocar el cielo con las manos y, como sueño con ser ingeniera aeroespacial, fue muy especial para mí, me hicieron confirmar que mi futuro es ese. Me cambió la vida, crecí un montón de saber que soy capaz de hacer todo lo que me proponga y no hay quien te frene sino uno mismo, si vos querés algo los sueños se cumplen. Fue un sueño cumplido para mí”, concluyó la vecina de la región, quien apostará fuertemente a estudiar Ingeniería y regresar algún día a la NASA para desarrollar sus sueños y proyectos que superan el techo del mismísimo espacio…

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