En Barrio Norte no pierden la esperanza de arreglar “el pozo de los autos rotos”

Se trata de un enorme bache en la esquina de 5 y 33 que está a menos de 200 metros de la Jefatura del Servicio Penitenciario Bonaerense y que rompe amortiguadores y partes de los trenes delanteros de los autos.

Un grupo de vecinos de Barrio Norte reclamó incesantemente para que pueda repararse un enorme bache que está en la esquina de 5 y 33 y que aseguran que provocó destrozos en los trenes delanteros de varios autos que pasan por el lugar.

El pozo está justo en la esquina del almacén del barrio que se llama “La Esperanza”, que es justamente lo último que se pierde en la zona de la Jefatura del Servicio Penitenciario de la provincia de Buenos Aires.

“Hicimos varios reclamos pero la situación se fue agravando con el paso de los meses. Desde que arrancó el 2024 se hizo cada vez más profundo y si pasa un ciclista o una moto sin prestar atención se podría lastimar muchísimo”, relató Fernando, un comerciante que trabaja hace 27 años en la esquina del barrio y que con los 50 años a cuestas afinó lo suficiente el oído como para detallar el crujir de los amortiguadores cuando los autos pasan por 33 y cruzan la 5 para dirigirse hacia la zona de 7.

“Estamos cansados de escuchar siempre lo mismo y necesitamos que vengan a repararlo aunque sea de forma temporal. Con medio día de trabajo debería quedar listo”, expresó el comerciante.

Además en la zona son varias las personas que advirtieron por la falta de iluminación sobre la calle 5 desde 32 hacia 34, situación que cobró mayor notoriedad en las últimas dos semanas, cuando con la llegada del otoño se achicó el margen de luz natural en la región y oscurece después de las seis de la tarde.

En otros puntos de la ciudad también se han registrado varios reclamos con vecinos que esperan una solución para problemas similares. Tal es el caso de lo que está ocurriendo en la avenida 137 en el cruce con la 60, para los autos y colectivos que van desde la parte oeste de Los Hornos en dirección hacia el casco urbano.

También en las calles 22 y en la 16 desde 58 hasta 62 se agravó el estado del pavimento y con las lluvias de marzo varias calles quedaron literalmente hundidas, representando un peligro tanto para los conductores como para los ciclistas o motociclistas.

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