Especies exóticas amenazan la conservación de la biodiversidad argentina

Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible crearon un listado de fauna, flora y microorganismos “invasores” que atentan contra el futuro de los ecosistemas nativos.

De acuerdo al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), las especies invasoras son aquellas introducidas de manera artificial, accidental o intencional y que, luego de un tiempo, consiguen adaptarse al ecosistema y adaptarlo según sus necesidades biológicas.

Con el fin de promover acciones de contención, prevención y detección temprana, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible crearon una lista de especies exóticas que amenazan la conservación de la biodiversidad argentina.

A pesar de la reciente resolución, la introducción de estos “invasores” no es algo nuevo. En 1946, militares argentinos llevaron al extremo Sur del país 10 parejas de castores originarios de Norteamérica con el fin de comercializar la piel del animal. Al fracasar el negocio, los castores quedaron libres y comenzaron a reproducirse y expandirse hacia la patagonia chilena. Hoy en día, la población se estima en más de 100.000 ejemplares.

De acuerdo a lo señalado por las autoridades del vecino país, desde su introducción, estos animales devastaron una superficie superior a 23.000 hectáreas de bosques nativos, con pérdidas económicas que rondan los 62 millones de dólares.

Algo similar sucedió en Argentina con la introducción del visón americano en la década del 30, también con intenciones de desarrollar tapados de piel.

En diálogo con diario Hoy, Alejandro Valenzuela, doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet, aseguró que “hoy es el mamífero exótico con mayor distribución de la Argentina”.

“Es un carnívoro que, lamentablemente, está en toda la Patagonia. Es muy similar al huillín, es como una especia prima. Entonces tiene comportamientos, dietas y comparte hábitats similares al huillín y, como es muy parecido, se puede contagiar de las mismas enfermedades”, agregó.

Además Valenzuela explicó el “problema” ocasionado por los perros, que si bien son animales recurrentes de las zonas urbanas, su presencia no deja de ser ajena a los ecosistemas de muchas regiones.

“El perro doméstico es el que vive con nosotros, en nuestra casa; el callejero vive en la ciudad, asociado al hombre pero sin dueño. Además, en Tierra del Fuego tenemos perros asilvestrados, que son aquellos que no tienen dependencia del humano, se reproducen en la naturaleza, cazan y viven de la naturaleza.
Desde el doméstico hasta el asilvestrado, todos son una amenaza para el huillín, ya que no solo lo pueden matar, también compiten con el alimento y transmiten enfermedades. Aunque fuera el perro más educado del mundo, el solo hecho de que marque territorio hace que los huillines sientan que hay otro carnívoro depredador en su territorio, y esto genera cambios en el comportamiento de las especies”, destacó el especialista.

Según se expresa en la resolución oficial, las especies invasoras de animales, vegetales, algas, hongos y/o microorganismos, se dividen en tres categorías.

Por un lado, las especies de uso restringido son aquellas que no están sujetas a uso productivo o a algún otro tipo de aprovechamiento o que, siendo objeto de uso, representen una amenaza que a juicio de la autoridad de aplicación, exceda los beneficios asociados a su aprovechamiento.

Por otro lado, las especies de uso controlado son objeto de uso productivo o de algún tipo de aprovechamiento y a juicio de la autoridad de aplicación corresponda mantenerlo pese al riesgo asociado.

Y finalmente, las especies de clasificación pendiente son aquellas cuya categorización en alguno de los dos grupos anteriores no se ha completado por falta de información.

Asimismo, el texto elaborado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible prohíbe “la introducción al territorio nacional y el movimiento interjurisdiccional de las especies clasificadas como de uso restringido, así como su cría o cultivo, compra y venta, donación y liberación en lugares sometidos a jurisdicción nacional”.

El sapo de caña, el visón americano, los gansos del Nilo, peces mosquito, castañetas y castores americanos son algunas de las especies restringidas y de control obligatorio.

Consultada por este multimedio, Marisa Espósito, bióloga e integrante del Centro de Política Ambiental (CPA) destacó el rol que juegan las especies nativas dentro de sus ecosistemas nativos. “En el delta del Paraná, por ejemplo, descubrieron que los árboles que crecen con el ambiente natural, con el ecosistema natural y la fauna natural, se reproducen mejor y no tienen tantos insectos y depredadores”, señaló.

“Todas las partes que forman parte de un ecosistema son importantes para que el ecosistema funcione y para que el equilibrio ecológico se mantenga”, concluyó.

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