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“Iberá está mucho mejor preparado para hacerle frente a estas catástrofes que hace diez años atrás”

En diálogo con diario Hoy, el director de Conservación de la Fundación Rewilding Argentina, Sebastián Di Martino, analizó la situación de la fauna silvestre y los incendios en el parque Iberá en Corrientes

Las lluvias ocasionadas en las últimas horas en Corrientes sin lugar a dudas brindaron un gran alivio en medio del complejo escenario que atraviesa la provincia en torno a los incendios forestales. A pesar de esto, aún quedan activos cuatro focos, por lo que la labor de los brigadistas continúa a pleno. En lo que respecta al parque nacional Iberá, ya se encuentra afectado más del 60% de la superficie, con más de 92.000 hectáreas quemadas, mientras que del parque provincial se quemaron ya 60.000 hectáreas de las 600.000 que posee. Es por esto que en la zona, la Fundación Rewilding Argentina sigue trabajando con el mayor de los esfuerzos para mantener a salvo a todas las especies que están siendo reintroducidas al ecosistema tales como el yaguareté, la nutria gigante, el ocelote, el guacamayo rojo, el muitú, el oso hormiguero o el venado de las pampas. “Perdimos algunos corrales de pre suelta. Va a significar un retroceso de algún tiempo de trabajo, no sé si extremadamente significativo”, indicó el director de Conservación de la Fundación Rewilding Argentina, Sebastián Di Martino, en comunicación con diario Hoy.

Entre los portales afectados se encuentran los de Yerbalito y Cambyretá, y ahí el equipo de trabajo de la Fundación debió retirar de los corrales de presuelta a muitúes y a guacamayos rojos, dado que ese espacio fue destruido por el fuego. En San Alonso, se actuó de forma similar y se procedió a mover a las nutrias gigantes y a una hembra yaguareté ante el inminente avance del incendio. Distinta fue la situación del ocelote, dado que al corral el fuego no llegó y no se debió llevar a cabo ningún plan de evacuación. “Cuando liberamos a los animales siempre es con un dispositivo para que después nos sea sencillo ubicarlos, y hemos visto que todos los animales marcados no fueron afectados. Si bien nos quedan visualizar algunos, son muy poquitos. La gran mayoría pudo escapar y refugiarse. En lo que respecta a la fauna sin control del hombre, seguramente el número de muertes sea alto”, analizó Di Martino.

Iberá es un humedal gigante pero desde hace dos años y medio viene sufriendo una sequía terrible, por lo cual está prácticamente seco. Con esta seca y las altas temperaturas producto del cambio climático, sumado al mal manejo del fuego con fines productivos y a la quema de basura a cielo abierto, se descontroló el fuego que por lo general no abarca superficies tan grandes ni son tan intensos. Si bien este es un elemento natural e imprescindible para mantener la riqueza de los pastizales subtropicales, los incendios son anormales en cantidad, superficie e intensidad. “El pastizal si llueve brota enseguida y en tres o cuatro años tenés uno maduro con vida silvestre; ahora en el bosque es distinto porque ahí tenés selva y árboles de 150 años y eso a veces no se recupera directamente. Los bosques van a tardar mucho más tiempo en recuperarse y las especies de estas zonas se van a ver más afectadas”, remarcó el especialista.

Por último, hicieron hincapié en mencionar que el parque se encuentra mucho más preparado que antes para estas catástrofes. “Los montes de Iberá hoy tienen guacamayos rojos, pecaríes de collares o muitúes y esas especies ayudan a regenerar dispersando semillas. Iberá en ese sentido está mucho mejor preparado para hacerle frente a estas catástrofes que hace 10 años atrás cuando estas especies no estaban. Cuando están presentes hacen funcionar mejor al ecosistema. El Iberá se va a recuperar más rápido que tiempo atrás”, concluyó Di Martino.

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