La comunidad de los “ecocirujas”: reciclaje y nueva oportunidad

Se trata de un grupo virtual que ya tiene más de 186.000 miembros. Usan lo que otros tiran a la basura para renovar espacios y cuidar el medio ambiente.

Lo que para muchos es basura o un objeto que ya cumplió un ciclo y termina en una esquina, para muchas otras personas es un tesoro que puede tener otra oportunidad de uso. Esa es la premisa de los “ecocirujas”, un grupo de personas que reciclan, reutilizan y comparten sus producciones en la virtualidad.
A través de un grupo en la red so­cial Facebook que tiene más de 186.000 miembros a lo largo y ancho de todo el país, los fanáticos del “ecocirujeo” comparten sus experiencias con fotos del antes y después de sus hallazgos, piden y dan consejos para recolectores inexpertos.

“La idea nació en esta cuarentena, es un cirujeo en favor de la naturaleza. Lo llamamos así porque es una palabra que está mal vista, tiene una connotación negativa, pero no lo es. Se empezó a sumar cada vez más gente, y hoy somos una comunidad muy grande”, manifestó en diálogo con diario Hoy Andrea Sánchez, la creadora y administradora del grupo.
La mujer señaló que no esperaba que tanta gente se sumara, pero analizó que se debe a que “el argentino tiene esa característica de artesano, de atar todo con alambre, como decía la canción, y esa cosa de tratar de arreglar todo lo que se pueda”.

Macetas, electrodomésticos, bo­tellas, frascos, maderas, fierros, mesas y sillas son solo algunos de los cientos de reparaciones que llevó adelante la comunidad en medio del aislamiento, y que seguirá con más fuerza a partir de la relación con otros.
“El objetivo es no contaminar, y si encontramos algo que se pueda reparar, hacerlo, y si no, transformarlo en otra cosa. La gente comenzó a publicar y compartir sus trabajos, el antes y el después de los objetos que se encontraban. Así surgieron muchas ideas que tal vez no se les hubiese ocurrido a otros”, sostuvo Andrea.

Además, destacó que muchas veces los objetos encontrados son cosas muy buenas en excelente estado, como por ejemplo un microondas nuevo que tenía un cable suelto y se reparó con facilidad.

“Lo mejor de estar en esta comunidad es que te cambia la visión de las cosas, vas caminando o viajando por la calle y empezás a ver cosas que pueden servir para muchos fines. Después queda en uno levantarlo o no, siempre con los cuidados necesarios”, marcó.

Por su experiencia, convocó a las personas a sumarse a la iniciativa del “ecocirujeo” para que “se den cuenta que si algo se puede arreglar, no se tire, hay que dar una oportunidad a las cosas y poder reducir los objetos descartados para colaborar en la no contaminación”.

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