La inseguridad alimentaria en el mundo alcanzó su nivel más alto en cinco años

En 2020, unas 155 millones de personas afrontaron un contexto de crisis aguda, lo que representa un aumento de 20 millones respecto al año anterior.

De acuerdo a un informe anual publicado por la Red Mundial Contra las Crisis Alimentarias, el acceso seguro a alimentos alcanzó en 2020 su nivel más bajo en cinco años. Según expresa el trabajo, unas 155 millones de personas tuvieron que afrontar un contexto de crisis aguda como consecuencia de la pandemia, las co­nmociones económicas y las condiciones meteorológicas extremas.

Además, en los 55 países que forman parte del trabajo, más de 75 millones menores de cinco años sufrieron un retraso del crecimiento (su estatura era muy baja), mientras que unos 15 millones estaban de­masiado delgados, con cuadros de emaciación.

“Un año después de que se declarase la pandemia de la Covid-19, las perspectivas para 2021 y posteriormente son sombrías. Los conflictos, las restricciones impuestas a raíz de la pandemia que han exacerbado las penurias económicas y la amenaza persistente de condiciones atmosféricas adversas probablemente sigan desencadenando crisis alimentarias”, explica el informe publicado por la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y el Programa Mundial de Alimentos.

Además, desde la Red pusieron el foco en la fragilidad del sistema alimentario global, que fue puesto en evidencia con la expansión del virus. A partir de estas conclusiones, la entidad propone abordar “sistemas más equitativos, sostenibles y resilientes para alimentar de forma nutritiva y sistemática a 8.500 millones de personas para 2030”.

Por su parte, António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, sostuvo: “Los conflictos y el hambre se refuerzan mutuamente. Hemos de combatir el hambre y los conflictos juntos para resolver cada uno de estos problemas. Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para terminar con este círculo vicioso. La lucha contra el hambre es uno de los fundamentos de la estabilidad y la paz”.

Si bien la tendencia se vuelve mucho más compleja en los países del continente africano, Argentina también fue víctima de estos fenómenos socioeconómicos.

De acuerdo a un informe publicado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, “el porcentaje de hogares con niños/as que experimentó episodios de inseguridad alimentaria severa se incrementó de 11,8% a 13,8% entre 2019 y 2020”.

Según el estudio, dos años atrás, la crisis vinculada a la alimentación afectaba al 11,5% de los menores. Con la llegada de la pandemia, ese número aumentó al 16%.

Frente a este panorama, desde la Red Mundial Contra las Crisis Alimentarias advirtieron: “Si las tendencias actuales no se revierten, la frecuencia y la gravedad de las crisis alimentarias se incrementarán”.

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