“La Ley de Barrios Populares atenta contra la propiedad de los vecinos”

El problema habitacional es una situación que involucra y perjudica a varios sectores, y es un hecho innegable que requiere actuar inmediatamente.

La situación de la toma de tierras fiscales o privadas, o directamente la usurpación de inmuebles es un hecho que está afectando gravemente a una parte importante de la población: por un lado se encuentran los dueños de los inmuebles que por supuesto no quieren que los usurpen; por otro lado, la preocupación de los vecinos que no quieren barrios de emergencia donde viven por miedo a la creciente ola de delincuencia, y finalmente los “sin tierra”, que piden desesperados por un lugar para vivir.

Alejandro, frentista de Berisso, manifestó que en la ciudad existen 21 usurpaciones legalizadas “por una ley que se llama Barrios Populares” y la misma, según indicó el vecino, “promueve la usurpación en masa” ya que el predio a usurpar tiene que estar tomado “por más de ocho familias”; la misma ley prohíbe el desalojo, generando un registro en el Renabap (Registro Nacional de Barrios Populares, que reúne información sobre las villas y asentamientos de Argentina).

“El mismo Estado incita a tomar un terreno propiedad privada. Yo estoy usurpado y te hablo de un terreno de 152 entre 25 y 26”, indicó el vecino, quien se encuentra en esta situación de usurpación desde hace 8 años. “Ya no sé qué hacer, a quién recurrir, estoy entre desesperado y resignado”, dice.

En el caso particular de Alejandro, el ciudadano informó que adquirió su terrero mediante una inmobiliaria, sin embargo aseguró que “el que está ganando hoy en Argentina es el extranjero, y al argentino que va a hacer un acto posesorio no se lo respeta. Los terrenos fueron usurpados, luego vendidos a quienes hoy están sobre la tierra y están contenidos en el Renabap y no pueden ser de-salojados”, explicó Alejandro, y añadió: “La Ley de Barrios Populares te permite meterte en los terrenos”.

Alejandro compró el terreno y a los dos años tomaron sus tierras y no pudo emprender nada: “Salió un crédito pero no pude presentar planos porque nos usurparon”.

Por otro lado, también está el caso de Claudio, vecino de El Mondongo pero con una casa tomada en Villa Argüello. “La cosa fue así: yo tengo mi casa acá en El Mondongo. Hace unos años, con mi mujer teníamos un dinero ahorrado y decidimos invertirlo en una casa que queda a unas pocas cuadras de acá, como para tener otra cosa. Yo tengo mis hijos de mi matrimonio anterior y quizás alguno la necesite, quien sabe lo que puede pasar. Bueno al final compramos la casa, y al mes me la usurpan”, cuenta Claudio, para quien, se nota en su relato, la situación fue muy dramática.

“Durante dos años enteros, intenté por todos los medios sacar a esta familia de mi casa y no pude. Me recorrí todos los ministerios que te podés imaginar, llené formularios, presenté documentos, hablé con los usurpadores de mil maneras hasta que al final ¿sabés lo que tuve que hacer? Contratar a un grupo de personas de Capital Federal que se dedican a sacarte la gente de adentro de tu casa. Fue una noche nada más eh, y con cero violencia, pero sí preparados para lo que sea. Ya no aguantaba más cuando recurrí a esto, y no me gustó hacerlo. Pero si yo no recupero lo mío, nadie hacía nada. Y yo me rompí el lomo por esa casa, ¿por qué me la van a sacar? ¿con qué derecho?”, pregunta al aire Claudio, fastidioso por la decisión que tuvo que tomar, pero a la vez feliz por haber recuperado lo que tantos años de esfuerzo le costó comprarse: su casa.

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