La mansión embrujada que Adele puso en venta

La famosa cantante anunció hace una semana que volverá a poner a la venta su lujosa y amplia propiedad ubicada en West Sussex, Inglaterra, que adquirió en 2011. Se quedó en ella menos de un año, debido a los extraños ecos y “voces” que se escuchaban en los cuartos y en la piscina.

El pasado 31 de marzo, Adele anunció otra vez la venta de la “mansión embrujada” ubicada en West Sussex, Inglaterra, por la suma de 8,9 millones de dólares. Años atrás había intentado venderla sin éxito por 10 ­millones.

La propiedad, conocida como “Lock House”, está equipada con 13 habitaciones, 9 baños, varios salones de recepción y una pileta cubierta. Está emplazada en el medio de la nada, en un gran campo de varias hectáreas. El lugar donde se encuentra ubicada la casa cuenta con acceso ­privado y exclusividad. No hay vecinos ni manera de que se acerquen posibles curiosos por el contorno del sitio.

Además, las ciudades más grandes de ­Horsham, Brighton y Crawley están a pocos minutos de distancia en auto.
La residencia fue construida en la década de 1900, y fue adquirida por la famosa cantante en el año 2011. Por aquel entonces, Adele compró el inmueble con el objetivo de que fuera su hogar por un largo tiempo.

Sin embargo, según pudieron saber medios británicos, la artista no superó el año en el lugar debido a los extraños ecos y “voces” que se escuchaban en los cuartos y en la piscina.

Adele afirmó públicamente que la mansión estaba “embrujada”, al punto que contrató un guardaespaldas por 100.000 libras al año para que la acompañara durante los tiempos que pasaba en esta gigantesca propiedad, ya que se negaba a quedarse sola en la casa.

Aunque la privilegiada ubicación de su hogar era un motivo para quedarse, prefirió mudarse a otra casa de ocho habitaciones en East Grinstead, a 30 minutos de West Sussex. Tiempo después, decidió alquilarle la propiedad a su amigo el presentador de televisión Anderson Cooper.

La mansión estuvo en alquiler siete años y en 2018 la puso en venta en 10 millones de dólares. Nadie se acercó a preguntar y, ante la falta de posibles clientes, este año decidió bajar su cotización a 8,9 millones de la moneda estadounidense.

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