cultura

La Plata según uno de los mayores geógrafos del siglo XIX

Elisée Reclus fue el creador de la geografía social, y colocó a nuestra ciudad en un lugar protagónico de sus estudios.

La Plata fue la primera ciudad del mundo en ser planificada desde sus orígenes, y desde entonces se erigió como una de las capitales científicas y culturales de nuestro país. A propósito de la llegada a nuestro país, a finales del siglo XIX, de uno de los pensadores más significativos de la historia, se vuelve necesario reivindicar una vez más el legado platense. Cuando se evoca a Elisée Reclus, no se le piensa normalmente como un geógrafo latinoamericanista dado que vivió la mayor parte de su vida en Europa y gran cantidad de sus expediciones fueron realizadas en distintas regiones del mundo. De forma similar, como geógrafo se le conoce por su investigación y proyectos escritos que son de alcance mundial. Lo cierto es que este investigador francés, en su “Nouvelle geographie universelle”, se refirió ampliamente a nuestra ciudad. Se detuvo en la utilización del puerto de la Ensenada por los españoles en la época colonial. Parangón del nacimiento de La Plata, como nacieron otras ciudades latinoamericanas.

Tras censos de la ciudad que se sucedieron año tras año, la terminación de las obras coincidió con una feroz crisis financiera. Se comprobó que el estado de la República no permitía la coexistencia de dos grandes ciudades a 50 kilómetros una de la otra, como industrias locales que desfallecen al nacer. Según Reclus, las facilidades crecientes de las comunicaciones terminarían por hacer de Buenos Aires y La Plata una misma ciudad: edificios monumentales consagrados a la ciencia, museos, bibliotecas, el puerto que ha realizado las esperanzas de sus fundadores.

En la biografía de Elisée Reclus, Paul Reclus –su sobrino- expresa que Reclus no sólo visitó Brasil, sino también Uruguay, Argentina y Chile. En ese sentido, el geógrafo francés rindió y sintetizó una extensa literatura, principalmente de fuentes secundarias a su propia voz y visión, distintivas y autoritarias. De igual modo, el fundamento de la inestabilidad política en Argentina -que por entonces recién dejaba atrás medio siglo de guerras civiles- debía “buscarse en la persistencia del conflicto entre dos principios opuestos, el de la autonomía local y el de la centralización acaparadora”.

El pensamiento político de Elisée Reclus fue redescubierto después del mayo de 1968, por los anarquistas de habla española , quienes editaron sus textos en España y Latinoamérica. En Argentina, Severino Di Giovanni hacía expropiaciones con el objetivo de juntar fondos para editar las obras completas de este geógrafo anarquista. En su libro Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia, Osvaldo Bayer titula uno de los capítulos: “Por la libertad absoluta con las obras de Reclus y la colt 45”, donde cuenta, entre otras historias referidas a Reclus que, durante la última dictadura cívico- militar recibió refugio en la quinta de Domingo Martínez, un obrero panadero español, socialista libertario e integrante durante toda su vida de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Bayer comenta que don Domingo le dijo que ahí no entraba ni la televisión, ni la radio, ni la prensa burguesa, y le señaló la biblioteca que tenía a su disposición, de la cual le alcanzó un libro de Reclus.

Elisée Reclus viajó solamente dos veces a Latinoamérica. En su autoexilio del golpe de estado de Luis Napoleón en 1851, años después de estar en Inglaterra e Irlanda, viajó a Louisiana, donde vivió por dos años (1853-1855). Cansado de Louisiana y de su sociedad basada en la esclavitud, Reclus partió en 1855 hacia la Nueva Granada (Colombia) con paradas en Cuba y Panamá. Fue en esa segunda oportunidad que el gran geógrafo descubriría a la ciudad de La Plata, viendo en ella muchas de las claves que le permitirían dar sólido fundamento a la geografía social, esa disciplina que fundó y que se centra en la relación existente entre sociedad y territorio. Fue en nuestra ciudad donde tomó rigurosos apuntes sobre los efectos del éxodo rural y el crecimiento urbano, la percepción del espacio cotidiano, y la distribución social sobre el territorio como efecto del subdesarrollo económico.

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