Más de 20.000 abejas coparon una casa de City Bell

Un enjambre de más de 20.000 abejas sorprendió a una vecina de City Bell que se encontraba en la cocina de su casa. Alarmada por el hecho, la mujer se comunicó con un apicultor, que en el transcurso del fin de semana las retiró.
“Lo primero que hice fue cerrar las ventanas, porque sentí pánico al pensar que pudieran entrar. Aunque a la noche desaparecieron, al otro día, las encontré formando una especie de ovillo, sobre la tapa del medidor de gas”, relató María Elisa a diario Hoy.

La frentista del barrio Los Porteños tenía conocimientos acerca de la importancia de las abejas para el medioambiente y, por eso, decidió llamar a un especialista, en vez de contactarse con un fumigador.

El apicultor, Germán Erretegui, explicó a este multimedio que es habitual que esto suceda entre octubre y noviembre, período de enjambrazón. “Las abejas buscan cualquier lugar hueco para instalarse y desarrollar su colonia, como, por ejemplo, un agujero de un árbol, una pared hueca, una sobrepared. Es decir, un espacio que sea cerrado, oscuro, y que esté al resguardo de la intemperie, la lluvia y el sol”, explicó el propietario de la apícola La Juanita.

Las abejas son cruciales para la alimentación humana, ya que, sin ellas, no habría vida en la Tierra. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 75% de los cultivos alimentarios a nivel global dependen de la polinización por insectos y otros animales.

La transferencia del polen de las partes masculinas a las partes femeninas de una planta es vital para la reproducción, y en este sentido, el 90% de las plantas con flor reciben ayuda de algún tipo de especies polinizadoras, como, por ejemplo, murciélagos, monos, colibríes e incluso, algunos tipos de lagartijas. Y si bien son muchos los animales que actúan así, los insectos son el principal grupo de polinizadores, siendo las abejas, las mayores contribuyentes.

Erretegui indicó que ante la presencia de un enjambre es necesario comunicarse con una persona idónea en el tema. “No hay que aterrarse, y aunque hay un mito alrededor de que las abejas atacan, esto no es así. Eso sucede en la raza africana que no está presente en Argentina”, precisó el apicultor.
Por último, la mujer describió: “El hombre estuvo tres horas para juntar a las abejas, y lo hizo sin guantes. Buscó entre todas a la reina hasta que finalmente la encontró”.