“Ojalá podamos avanzar en este proceso para poder ayudar a muchos más niños”

Así lo precisó en diálogo con diario Hoy Ignacio Lugones, médico pediátrico graduado en la Universidad Nacional de La Plata, quien brindó detalles del innovador dispositivo que desarrolló para tratar patologías cardíacas en chicos.

Ignacio Lugones es cirujano cardiovascular pediátrico y actualmente es el jefe de servicio del Hospital de Niños Pedro de Elizalde de la Ciudad de Buenos Aires. Recientemente fue reconocido internacionalmente por su innovador dispositivo para tratar patologías cardíacas en niños.

Se trata del proyecto Avatar Medtech, una iniciativa que desarrolló junto a su compañero y socio Tomás Armendáriz, y que ya ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de pacientes pediátricos con problemas en la válvula aórtica.

Lugones se recibió de médico en la Universidad Nacional de La Plata e hizo la especialización en cirugía cardiovascular pediátrica

“Hice el jardín de infantes en la Escuela Anexa y el secundario en el Colegio Nacional, después ingresé a la Facultad de Medicina. Luego trabajé en el Hospital Gutiérrez, donde me entrené bajo la dirección del Dr. Guillermo Kreutzer, quien fue uno de los pioneros de la cirugía cardíaca en el país y el mundo, y después trabajé algunos años en Fundación Favaloro”, precisó el profesional en diálogo con diario Hoy.

—¿Cuándo nació la herramienta que desarrollaste para cirugías cardíacas?

—El proyecto comienza desde el punto de vista académico en el año 2016, 2017, motivado por la pérdida de un pacientito que no se pudo operar porque no tenía opciones quirúrgicas. Ahí empezamos a pensar algunos métodos alternativos y, junto con mi hermano que es físico, entendimos exactamente cómo funciona y las características geométricas de dos de las válvulas cardíacas que son la válvula aórtica y la válvula pulmonar.

Entonces hicimos un montón de modelos matemáticos. Después pasamos a modelos por computadora hasta que finalmente con mucho esfuerzo logramos operar un animal, un chancho, y hacer el reemplazo de la válvula cardíaca en la Facultad de Veterinaria de la UNLP.

Ese trabajo lo presentamos en un evento internacional y a gente de Dinamarca le interesó muchísimo. Empecé a viajar a Dinamarca para hacer los testeos tanto en laboratorio como en más animales para ver que la válvula funcionara bien. La válvula funcionó fenómeno y tiempo después empecé a aplicar la técnica quirúrgica. La innovación radica en una parte técnica y una parte de un dispositivo.

—El dispositivo fue probado en una docena de pacientes, ¿qué resultados tuvo y cómo continúa el proceso?

—Después de toda esa investigación aplicamos la técnica quirúrgica, porque inventamos una manera de reemplazar la válvula y de hacerla a mano, que es parecida a otras técnicas que existen.

Pero en ese momento no teníamos dispositivo, lo hacíamos simplemente a mano con el conocimiento que habíamos adquirido. Ya sabíamos qué tamaño tenía que tener la válvula, cómo tenía que estar ubicada dentro del corazón y demás características para que funcionara bien.

El dispositivo es un invento posterior. La función es hacer que otros cirujanos puedan reproducir el método. Hacer la misma técnica de manera más rápida, más sencilla y más reproducible. Es decir, que no haya errores. Con este dispositivo las válvulas salen del tamaño correcto, se ubica en el lugar correcto del corazón y el cirujano tiene que ejecutar los movimientos con ese dispositivo para que eso funcione.

El dispositivo no está en uso, sino que lo que estamos haciendo es terminando los diseños para poder enviarlo a todas las agencias regulatorias del mundo para que se pueda utilizar. Hoy por hoy usamos una técnica quirúrgica. Los resultados han sido muy buenos, hemos llegado a operar varios pacientes haciendo la técnica de manera manual. Llevamos muchos años desde el primer paciente operado

—¿Qué sentís que ese método haya sido seleccionado y pueda ayudar en todo el mundo?

—Me pone muy contento poder aportar un granito más de arena al desarrollo de la especialidad y a una posibilidad más de tratar a los pacientes que tienen estas enfermedades. El objetivo es que otros chicos en el mundo no dependan de que la técnica la pueda realizar un solo cirujano que está del otro lado del mundo, sino que estos dispositivos permitan que la técnica se haga de manera correcta y rápida, dándole al paciente una expectativa de vida mucho mejor.

Ojalá podamos avanzar en este proceso para poder ayudar a muchos más niños y dejar un legado para que todos los chicos que vienen a futuro puedan ser beneficiados de estas mejoras.

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