Se cumplen 208 años de la apertura de la Biblioteca Nacional

¿Qué ves, cuando lees?

La mayor biblioteca del continente cumple un año más de su apertura, en tiempos donde Mariano Moreno fue designado protector. Pese a los avances tecnológicos, y a que internet entretiene, un libro siempre eleva y aún sobreviven en sus templos

En una tierra devastada por corrupción, y con carencias primarias en la primera célula que es el hogar, donde arrasaron fábricas y el mentado tiempo de ocio parece cosa de otra civilización, decir que la Biblioteca sobrevive no es ningún descubrimiento. En esta fecha, un bastión de las Bibliotecas argentina, llega a los 205 años de su apertura, con la figura del doctor Mariano Moreno como protector. En sus pisos del lujoso edificio se amontonan las historias y según el material que se esté buscando, hay áreas específicas, como la de archivos y colecciones especiales. En septiembre de 2010, el día en que la Biblioteca Nacional cumplió 200 años, comenzó el proceso de informatización. En ese templo se hallan manuscritos, los primeros diarios publicados a principios del siglo XIX, partituras, fotografías, de todo un poco.

La imaginación es un camino que la mente es capaz de crear. Y en comparación con el idioma audiovisual que tanto atrapa, el libro aún tiene su “magia”, que según el cuento o historia, podrá competir aún en estos tiempos de gran vértigo.

Las visiones desde una pública y una privada

Nuestra ciudad cuenta con la Biblioteca Pública Municipal "Francisco López Merino” (creada en 1935), con fachada arquitectónica de sueño: el Palacio donde vivió dicho poeta. Allí funcionan tres bibliotecas: la Central (universitaria), la Almafuerte (juvenil) y la biblioteca María Elena Altube (infantil). Claudia Baldoni, del área de cultura, le contó a HOY que “no es fácil que los jovenes se acerquen, pero ahí es donde comienza nuestro trabajo interno, con concursos, talleres, canto, idiomas, cafés literarios. Como la constituimos todos miembros de la Sociedad de Escritores de la Provincia (SEP), existe un gran interés para que esté bien. Y creo que hay una búsqueda de los jovenes hacia la literatura y los libros, aunque con la tecnología luego pasan a otro plano”.

En tanto, Javier Irazú, director de la Biblioteca Central de la UCALP, afirmó que “en los últimos años se evidencia un menor interés. Hay una notable disminución de las consultas del material en las salas de lectura. Sin embargo, vemos también una transformación: las bibliotecas han diversificado su oferta documental brindando información no sólo a través del papel sino que se dispone de recursos electrónicos a los que se puede acceder tanto en forma local como remota, es decir, desde el domicilio del usuario”. Además, Irazú observó que en estos tiempos, “otra característica es el fuerte uso de las redes sociales para la comunicación usuario-biblioteca, lo que posibilita obtener información, consultar catálogos o renovar los préstamos de libros, como por ejemplo desde el whatsapp, que se va imponiendo en el usuario juvenil”.

“Leyendo, descubrí mi vocación y cambié de carrera”

Por Fabricio Rodríguez (Estudiante UNLP, 23 años)

“Gracias a los libros comprendí que tengo que hacer lo que me gusta y sentirme feliz. Hasta hace poco estudiaba la carrera de ingeniería en la UNLP, y después de cursar 3er año, me tomé un tiempo para replantearme qué decía hacer en el futuro. Venía leyendo libros de desarrollo personal. Y ahí descubrí mi vocación, que no tenía que ver con la carrera que había elegido. El año que viene empezaré una relacionada al deporte. 

No me voy a quedar sin hacer nada. Con mi novia empezamos un emprendimiento para no depender de los demás. Ojalá que sea un mensaje: nunca dejen de ser curiosos, no queden atrapados en la rutina y tampoco se queden sin tiempo para hacer algo que les gusta. Los libros me ayudaron. Buscaré por mi cuenta ahora impactar en la vida de los demás ahora y cuando ya no esté. Para algo vinimos a este mundo”.

Una generación con nuevos métodos de “lectura”

Las redes sociales hizo brotar a lectores en potencia. ¿Qué es lo que pasa? Leer es sinónimo bloggers (un bloguero, en español, que es un joven que publica sus artículos en una página web, a modo de diario); booktubers (los que se ponen frente a una cámara para grabarse y así dejar un reseña muy personal de los libros que están leyendo).

De esta manera, en la era moderna, los pibes sacan fotos de sus bibliotecas y de sus libros para que sean vistas en sus cuentas de redes sociales.

Según se pudo saber, este fenómeno logró superar las propias campañas de lectura tradicionales. Y fueron por iniciativa de los propios chicos.