Ciencia

Registran el terremoto más profundo de la historia

Un equipo de investigadores de las universidades de Arizona y Michigan ha conseguido detectar un “sismo imposible”, localizado 751 kilómetros por debajo de la superficie terrestre. Sería la réplica profunda y sin precedentes de un temblor en las islas japonesas de Bonin.

De acuerdo a un artículo publicado en la revista Geophysical Rersearch, científicos de Arizona y Michigan registraron el terremoto más profundo de la historia, localizado 751 kilómetros por debajo de la superficie terrestre. Ya ha sido bautizado como el “sismo imposible”: hasta la fecha, los sismólogos sostenían que no podían suceder temblores en el manto inferior. Bajo la enorme presión ejercida por las capas superiores, las rocas tienden más a doblarse y deformarse que a romperse con una repentina liberación de energía. Sin embargo, los límites entre las distintas regiones internas del planeta podrían ser más difusos de lo que se creía.

El terremoto fue una réplica de uno mucho mayor, con una magnitud de 7,9, registrado en las islas japonesas de Bonin. Bajo la dirección del sismólogo Eric Kiser, de la Universidad de Arizona, el equipo de científicos logró captarlo gracias al sistema de estaciones sísmicas japonesas, entre las más sensibles del mundo. El ‘sismo imposible’ fue de poca magnitud y no pudo sentirse en superficie, por lo que, para detectarlo, fue necesario utilizar la mejor tecnología disponible.

Para los científicos, el hallazgo supone una revolución. La inmensa mayoría de los terremotos se producen a poca profundidad, en la corteza terrestre o en el manto superior, a un máximo de 100 km bajo la superficie. En la corteza, cuyo grosor medio es de alrededor de 20 km, las rocas son frías y quebradizas, y al sufrir estrés se rompen, liberando energía. Más abajo, en la zona superior del manto, las rocas están mucho más calientes y están sometidas a presiones mayores, lo que las hace menos propensas a romperse. Sin embargo, aún pueden ocurrir terremotos cuando la enorme presión fuerza la salida del agua retenida en los poros de las rocas, que se vuelven más frágiles y pueden romperse, dando lugar a temblores.

Esta dinámica consigue explicar terremotos hasta los 400 km de profundidad, aún en el manto superior. La razón por la que pueden suceder aún más abajo sigue siendo un misterio a pesar de que, incluso antes de esta profundísima detección, ya se habían registrado terremotos en el manto inferior hasta profundidades de más de 600 km. A esa profundidad, sin embargo, toda el agua tendría que haber sido ya expulsada y los poros de las rocas que la contienen están cerrados, por lo que los fluidos ya no pueden ser el detonante de un terremoto. ¿Cuál es entonces su origen?

Una posibilidad es que el límite entre el manto superior y el inferior no esté justo donde los sismólogos lo sitúan. Pero también hay que tener en cuenta que el área donde se produjo el terremoto es una zona de subducción, donde una losa de la corteza oceánica se sumerge bajo una de corteza continental. El misterio, sin embargo, continúa.

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