ciencia
Según una teoría, el universo se estirará hasta su destrucción
De acuerdo al concepto del Gran Desgarro, los planetas y los satélites perderán sus órbitas y las estrellas se desligarán de las galaxias
De acuerdo a las recientes predicciones de la ciencia, el universo podría dirigirse hacia el llamado Gran Desgarro (Big Rip): es un cuadro de situación en el que la expansión cada vez más acelerada provocará la separación progresiva de las galaxias y la atracción gravitatoria irá poco a poco haciéndose más insignificante hasta que su efecto desaparezca. De esa manera, los planetas y los satélites perderán sus órbitas y las estrellas se desligarán de las galaxias. Entonces, habrá llegado ese Gran Desgarro del universo.
La posibilidad de que ocurra esta situación es bien conocida desde la perspectiva teórica. La sorpresa es que los datos experimentales parecen favorecer esta explicación. Dicho de otro modo, hay evidencias de que el universo se pueda acabar en un Big Rip. El tipo de energía oscura causante de ese final violento se llama ‘energía oscura fantasma’. El Big Rip, señalan los especialistas, se producirá si en valor absoluto la presión supera a la densidad de energía. Si son iguales, estamos ante un caso límite, precisamente la famosa constante cosmológica.
Este conocido tipo de fluido fue introducido por Einstein. Paradójicamente, su objetivo era conseguir un universo estático, sin expansión. El genio lo abandonó calificándolo como el mayor error de su vida al evidenciar Hubble la expansión del universo.
La preocupación no es inmediata. El Gran Desgarro podría tardar en producirse unos 130.000 millones de años. Eso equivale a 10 veces la edad actual del universo. Para afinar más todo este panorama, son necesarias más observaciones del universo a gran escala en más cantidad y calidad. Sin duda, contribuirán a ello los datos que aportarán los telescopios James Webb (en marcha) o Nancy Grace Roman (planificado), combinados con los de otros esfuerzos internacionales. Y quizá lo más interesante no sea resolver el enigma del destino final del universo, ni tampoco la oportunidad de resolver otros de los que no hemos hablado. Lo verdaderamente apasionante sería la posibilidad de que emergieran enigmas desconocidos.