Un detenido recolectó ropa y calzados para 100 familias

En el marco del programa Más Trabajo, Menos Reincidencia, un hombre con prisión domiciliaria encabezó una acción solidaria reuniendo vestimentas y comida para el centro barrial Esperanza de Los Hornos.

Un hombre detenido con arresto domiciliario y sus excompañeros de la Unidad 18 del penal de Gorina recolectaron donaciones para ayudar a más de 100 familias.

La iniciativa fue realizada en el marco del programa Más Trabajo, Menos Reincidencia, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. En total, lograron reunir 20 bolsones de indumentaria y calzado, y unos 40 kilos de panificados para el centro barrial Esperanza de Los Hornos.

El encargado de encabezar el proyecto fue Mirko Galarza, un joven de 24 años que cumple una condena domiciliaria supervisada con monitoreo electrónico, a causa de un robo en la localidad de Melchor Romero. Galarza, quien actualmente trabaja y vive en el predio donde funciona un taller mecánico, organizó una gran colecta de ropa y calzado de niños y adultos.

Su objetivo es colaborar con las familias que acuden a buscar el almuerzo o la merienda en el centro de calle 142 entre 52 y 54.

“Recordé las donaciones que hacíamos desde la cárcel y empecé a buscar por Facebook al coordinador de Formación Técnica y Oficios de la Unidad 18 de Gorina”, dijo Galarza. “Cuando lo encontré le avisé que, junto a mis patrones, a quienes estoy profundamente agradecido, habíamos conseguido mucha ropa para regalar”, agregó.

A través del apoyo de la jefatura de la dependencia carcelaria, a cargo de Germán Ahumada Lurbe, se dispuso que el pabellón 3 lavara y acondicionara las prendas que se recolectaron en el taller mecánico para el centro barrial Esperanza.

Por otro lado, un grupo de internos que se encuentran capacitándose en el oficio de la panadería se entusiasmaron con la experiencia y decidieron sumar 20 kilos de trenzas, cremonas y bizcochos, y otros 20 de panes y facturas.

“Estamos muy contentos y con ganas, porque sabemos que todo esto es para la gente que lo necesita”, contó Diego, uno de los internos. “Cuando nos llegan los videos de las personas que reciben nuestras donaciones se nos llenan los ojos de lágrimas y eso nos alienta a seguir laburando”, cerró.

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