Un histórico médico platense

Noel Sbarra es una de las figuras más entrañables que dio nuestra ciudad en el campo de la medicina. Muchas anécdotas siguen evocándolo.

Quienes lo trataron personalmente afirman que era un hombre lleno de inquietudes, propenso a la innovación y al cambio, con un espíritu apasionado que lo transmitía a todo lo que hacía, dándole su estilo propio, lleno de rigor científico y caudal humanista. Buscaba permanentemente el bienestar de la sociedad y de los niños y niñas; bregaba por sus derechos y por mejorar su calidad de vida, promoviendo con su actuar que muchas medidas de gobierno fueran producto de su trabajo.

El escritor Emilio Novas recordaba de la siguiente manera a Noel Sbarra: “Estamos en la misma mesa del Café Parlamento de 7 y 51 donde nos encontrábamos para departir sobre sus memoriosas feligresías. Noel Sbarra está con nosotros y rememora: aquí mismo se congregaron por años los estudiantes de medicina cuando formaban la Trupe K-Ra-Q”. Pero a Sbarra le fascinaba, por sobre todas las cosas, rememorar el café Brístol, al que empezó a frecuentar en 1925 recién egresado del Colegio Nacional.

Se podría componer un libro con las anécdotas que sembró en los cinco lustros que fue devoto concurrente al café: “Al principio, el Brístol no ocupó la esquina por donde estaba la tienda La Favorita de Victor Martín, sino en un local vecino sobre la calle 7. En 1919 fue adquirido por Domingo Fernández, un español muerte repentinamente una noche del invierno del cuarenta. Le diré que en los últimos años del Brístol había dejado de ser lo que fue. Entre un kiosco y una pizzería le habían quitado todo carácter al viejo Café de “boiserie” de roble con espejos, lugar de reunión de políticos, estudiantes y deportistas. Cada uno de estos grupos tiene un lugar en mi memoria”.

Platense por nacimiento y vocación, universalista por formación, este hombre de la cultura sostenía que la tarea más noble es la de aprender y enseñar a través del diálogo y que, si la pasión lo transforma a veces en áspero y violento, no por ello debe estar desprendido de amor. Tras finalizar sus estudios, ingresó como médico concurrente Ad Honorem a la Casa del Niño, actual Hospital Subzonal «Elina de la Serna de Montes de Oca» de la ciudad de La Plata. Además de médico, fue columnista y director de varias revistas universitarias, del gobierno bonaerense y del gobierno nacional.

Sbarra fue director de la Biblioteca de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata y de Radio Universidad; escribió y publicó libros como «Historia del alambrado en la Argentina» (1955) e «Historia de las aguadas y el molina» (1961) de su autoría, y «El médico va a la chacra». Asimismo, ejerció la docencia en el ámbito de la educación pública y fue delegado-interventor de las Escuelas de Enfermería y de Obstetricia y de la Escuela Superior de Bellas Artes. Participó en múltiples congresos de medicina y pediatría en Argentina y América Latina, como miembro, asesor, jurado, delegado, secretario, relator, tesorero y representante.

La historia del hospital platense que lleva su nombre es la de una institución comprometida con su comunidad. La Provincia celebrará en noviembre los 82 años del hospital pediátrico Noel Sbarra. En los últimos dos años, el Sbarra incrementó su plantel en casi un 40 por ciento, sumó aparatología de última generación, 20 cunas hospitalarias, 10 camas de internación, amplió la red de oxígeno y realizó mejoras edilicias a través del Plan Provincial Salud a la Obra. Por iniciativa del gran creador cuyo nombre ostenta, la institución tuvo desde sus comienzos una “estructura médico-social” que respondía a una idea rectora: sostener la crianza de los niños en el seno de sus familias, aun en situaciones de pobreza extrema. En este marco institucional nació en el año 1945 el Programa de Ayuda de Crianza como extensión comunitaria del consultorio externo, en esos años denominado “centro de crianza”.

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