Vecinos de Barrio Hipódromo desesperados por recuperar el gas

En el inicio de esta semana los frentistas sufrieron la destrucción y robo de tres medidores en calle 37 y alrededores para robarse el cobre.

Desde que arrancó esta semana se notó una sensible baja en las temperaturas después de varios días de frío y muchos jubilados que viven en el Barrio Hipódromo se encontraron con una desagradable situación.

En varias casas de la calle 37, entre 120 y 121, se robaron las conexiones de bronce (y en algunos casos los medidores completos de gas) por lo que muchas familias no pudieron usar las estufas con tiro balanceado o las hornallas para cocinar o calentar agua.

“Fue una pesadilla conseguir un gasista matriculado el fin de semana, que encima era feriado. Tuvimos que pagar hasta 30.000 pesos entre los repuestos, los caños de bronce y la mano de obra para volver a tener gas”, señaló resignada una de las vecinas que vive en la calle 37.

¿Qué se hace con los caños de cobre?

Ese material se utiliza para mantener equilibrada la temperatura del gas que sale de los medidores y las conexiones de la calle hacia el interior de las casas. Los delincuentes que se animan a destrozar los medidores, no solo se exponen a dejar una pérdida que les podría explotar en la cara mientras sacan el bronce, sino que, además, terminan dejando en una situación de riesgo a los vecinos y las personas que ocasionalmente pasan por la calle.

Se estima que el kilo de cobre se puede llegar a pagar hasta 10.000 pesos en un mercado clandestino, pero para llegar a ese peso hay que juntar por lo menos entre 30 y 50 caños de los medidores.

“Hace mucho frío y no podemos estar sin gas. Las hornallas no funcionan, no podemos cocinar y mucho menos usar las estufas en las casas”, expresó indignada otra de las vecinas de la misma cuadra afectada que tuvo que invertir 30.000 pesos a fin de mes para poder conectarse otra vez al gas.

Otro de los problemas que denunciaron los frentistas de algunos barrios por donde no pasa el gas, ante la llegada del mes del invierno, es el precio de las garrafas. Desde que arrancó el 2023, pasó de pagarse entre 1.800 pesos a 3.200 en los barrios de la periferia. Y si bien hay algunas firmas de combustible que se encargan también de distribuir el gas envasado en los barrios y cobran la garrafa más barata como una de las firmas más conocidas de estaciones de servicio de Argentina, el problema del gas, ante la llegada de los días más fríos en la región sigue preocupando a muchos en la ciudad.

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