Villa Elvira: vecino sin agua le llevó la ropa sucia a ABSA

Su pareja trabaja como enfermera en una clínica privada de Berisso. El hombre, harto de reclamar, fue hasta la empresa con los ambos de su esposa y exigió que se hagan cargo de higienizar las prendas para poder desinfectarlas de coronavirus.

Hace un año, Héctor Verardi decidió mudarse a la casa que en su momento fue de su madre, en 119 entre 75 y 76. Allí vive junto a su esposa y sus dos hijas adolescentes. Desde hace tres semanas está sufriendo como pocos en la zona la escasez del agua en este lugar, con el agravante de que su pareja trabaja como enfermera. “Acá nosotros pagamos más o menos 1.000 pesos. Si dejamos de pagar, te quitan el derecho a reclamar”, afirmó el vecino. 

En el momento en que se estaba efectuando la nota, una camioneta de la empresa Aguas Bonaerenses se acercó al lugar y comenzó a realizar mediciones en la zona. 

Álvaro, otro vecino de la cuadra, supervisó esas tareas y luego alegó: “Están tomando la presión en las calles 119 desde 74 hasta 75. Yo en mi casa tengo una canilla que está a centímetros de altura y no sale ni una gota de agua. Ellos dicen que están haciendo relevamientos, y al parecer hay un espejo debajo de la tierra y hay serios problemas con los caños rotos desde hace muchos años”, comentó este vecino. 

Héctor, junto a otros seis vecinos que se acercaron al lugar, reconoció que tuvo que ir a ABSA personalmente a reclamar con los ambos de su esposa, que trabaja como personal de salud en un hospital, y al no tener agua puede resultar un peligro por el foco infeccioso que se genera por no poder lavar la ropa. 

“Mi esposa trabaja en una clínica de Berisso. Imaginate que viene y no se puede asear. Trae la ropa en una bolsita, pero si no la puede lavar porque no hay agua, eso se convierte en un foco infeccioso. Ni siquiera les quiero pedir agua a los vecinos para lavar la ropa porque tengo miedo de poder contagiarlos a ellos si yo tuviese el virus. Me fui hasta ABSA con la bolsita de la ropa y les pedí que se hicieran cargo de higienizarla, y me miraron asustados”, expresó desesperado este frentista de la calle 119. 

Por todo lo que está ocurriendo, un grupo de vecinos no descarta ­marchar hoy hacia la puerta de la empresa, en calle 7. 

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