Brasil aprobó el uso a gran escala de la vacuna contra la Covid-19 de Pfizer

El ente regulador sanitario brasilero, Anvisa, autorizó la comercialización de la fórmula, pese a los desacuerdos de Bolsonaro con la farmacéutica.

Pese a las disputadas negociaciones entre el gobierno brasilero y la farmacéutica Pfizer, el ente regulador sanitario del gigante sudamericano, Anvisa, autorizó ayer el uso y la comercialización masiva de esa vacuna, que aún no se encuentra disponible en el país.

De acuerdo a lo expresado por el organismo brasilero, la fórmula del laboratorio estadounidense presentó “seguridad, calidad y eficacia medidas y comprobadas”. “Esperamos que otras vacunas estén en breve siendo evaluadas y aprobadas”, señalaron a través de un comunicado.

El mensaje de Anvisa se produjo en un marco de tensión entre Pfizer y las autoridades de Brasil, ya que la farmacéutica no quiere aceptar las condiciones impuestas por el presidente Jair Bolsonaro, quien busca liberarse de responsabilidades vinculadas a los posibles efectos adversos de la fórmula.

El gobierno comenzó a negociar la adquisición de millones de dosis desde el año pasado, aunque todavía no han llegado a buen puerto. En este sentido, cabe recordar las palabras de Bolsonaro, quien en diciembre del 2020 criticó la postura de la compañía. “Lo de Pfizer está muy claro en el contrato: Nosotros (la empresa) no nos responsabilizamos por cualquier efecto colateral' Si te convertís en un cocodrilo, es tu problema. Si te convertís en superhombre, si le nace barba a una mujer o un hombre empieza a hablar fino, no tienen nada que ver”, ironizó el mandatario.

Frente a esta problemática, el Ministerio de Salud de Brasil solicitó asesoría el Ejecutivo para ver “cómo proceder para resolver los estancamientos” en las negociaciones con Pfizer y Janssen, otra de las compañías que aún no ha llegado a un acuerdo con el gobierno.

A través de un comunicado publicado el domingo pasado, las autoridades aseguraron que esta situación se debe a la “falta de flexibilidad de las empresas”.

En este sentido, el secretario ejecutivo de la cartera de Salud, Elcio Franco, sostuvo que tanto Pfizer como la filial de Johnson & Johnson “hacen demandas que dañan los intereses brasileros”. “Los dos laboratorios que fabrican los inmunizadores piden a Brasil, por ejemplo, garantías de pago y se protegen de los efectos graves que puedan causar las vacunas”, añadió.

Entre otras cosas, las compañías solicitan que el gobierno brasilero renuncie a la soberanía de sus activos en el exterior como garantía de pago.

Hoy en día, la campaña de vacunación de Brasil incluye las dosis de CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac; y de la fórmula de AstraZeneca. Ambas fueron aprobadas por Anvisa solo para uso de emergencia en grupos prioritarios.

Hasta el momento, el cronograma dispuesto por las autoridades brasileras alcanzó a inmunizar a unas seis millones de personas, aproximadamente el 3% de la población.

A más de un año del comienzo de la pandemia, el gigante sudamericano sigue siendo el segundo país más afectado por el coronavirus, con un saldo letal superior a los 247.000 muertos.

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