Cuba quedó afuera de la Cumbre de las Américas
Acusó por eso a los Estados Unidos.
El Papa declaró la canonización de María Francisca de Jesús Rubatto, quien nació en 1844 y fue fundadora de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano.
15/05/2022 - 11:04hs
Durante la misa en San Pedro del día de ayer, de la que formaron parte más de 45.000 fieles, el Papa Francisco proclamó diez nuevos santos, entre los que estuvo incluida la primera de Uruguay. Así, María Francisca de Jesús Rubatto se convirtió en la primera santa del país vecino.
“La santidad no está hecha de algunos actos heroicos, sino de mucho amor cotidiano”, sostuvo el máximo pontífice. Si bien la religiosa proclamada santa en la jornada pasada nació en Turín, por decisión propia vivió y desarrolló toda su historia religiosa en Uruguay hasta su fallecimiento en 1904, en donde entre tantas otras cosas fundó en 1885 la Congregación de las Hermanas Capuchinas. Su labor pastoral y social la llevó a cabo más precisamente en la zona de La Teja, Belvedere, Paso de la Arena y Barra de Santa Lucía, y gran parte de su vida la dedicó al cuidado de los enfermos y de los niños, como así también de los chicos y jóvenes abandonados. Tras conocerse la noticia, en Uruguay se realizó una peregrinación al santuario de la beata en Montevideo, en donde se encuentran sus restos.
Cabe remarcar que la madre Francisca fue convertida en santa luego de que el Vaticano aprobara un milagro atribuido a su intercesión el 24 de marzo de 2000 en Colonia, Uruguay, cuando se produjo la recuperación inexplicable de un joven uruguayo de 14 años que sufría un traumatismo craneoencefálico con hemorragia subaracnoidea grave, coma severo, hipertensión endocraneal y daño axonal difuso.
“La Iglesia te saluda, sor María Francisca de Jesús, fundadora de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano, primera beata del Uruguay”, había dicho Juan Pablo II en 1993 al beatificarla en la plaza vaticana.
Entre los nuevos santos, también se encuentran Charles de Foucauld, el sacerdote francés que fue misionero en el desierto de Argelia, y Tito Bradsma, sacerdote carmelita holandés asesinado en un campo de concentración nazi. De esta forma, estas se convirtieron en las primeras canonizaciones en la Plaza de San Pedro luego de la pandemia, ya que la última había sucedido en 2019.
Sobre el conflicto en Ucrania
Al mismo tiempo, el Papa Francisco también aprovechó la ocasión para referirse a la guerra que continúa entre Ucrania y Rusia.
“Tristemente en el mundo crecen las distancias, aumentan las tensiones y las guerras. Que los nuevos santos inspiren soluciones de conjunto, caminos de diálogo, especialmente en el corazón y en la mente de quienes tienen funciones de gran responsabilidad y están llamados a ser protagonistas de paz y no de guerra”, sostuvo.
Estas declaraciones toman más trascendencia debido a que el próximo miércoles Francisco enviará a Kiev al canciller vaticano, monseñor Paul Richard Gallagher, con el fin de poder continuar en la búsqueda de una solución al conflicto bélico. Así, transmitirá la disposición vaticana a facilitar cualquier tipo de diálogo que pueda permitir un acercamiento entre Ucrania y Rusia.