La Cumbre de las Américas ante los desafíos globales y las disputas en el continente

Ausencias que marcan la agenda y los debates en torno a la Carta Democrática Interamericana pondrán a prueba la diplomacia de los presidentes presentes. “Lo que no permite pasar a un nuevo capítulo es el bloqueo a Cuba”, dijo el canciller mexicano

Comenzó la Cumbre de las Américas, el cónclave que reúne a los representantes de los países del continente bajo el amparo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) con la base en consignas como la integración regional, pero con fuertes ausencias que marcan la agenda.

Una de ellas es, por ejemplo, la del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien no quiso asistir por la exclusión del encuentro de Cuba, Nicaragua y Venezuela, por lo que envió al canciller Marcelo Ebrard.

“El tema de la cumbre será Cuba y el bloqueo”, señaló el canciller mexicano para no dejar pasar por alto el reclamo sobre las exclusiones a los países mencionados por parte de los Estados Unidos, el país organizador.

“Si queremos dar lugar a una nueva etapa, que es el objetivo de la cumbre, no puedes mantener viejas decisiones, como las exclusiones de esta naturaleza o el derecho de intervención selectiva con respecto a otros países. Eso es lo que está cuestionando el presidente López Obrador. Toda América Latina también, solo que no se atreven a decirlo, pero él sí”, sostuvo Ebrard.

Asimismo, sentenció: “Hay una nueva realidad geopolítica, quieras o no, y no se trata de un tema que México vaya a imponer ahí. No se puede negar. Es como sostener que el cambio climático no existe. La nueva realidad geopolítica lo que busca son acuerdos, hallar un sistema diferente al anterior, y lo que lo impide ahora, lo que no permite pasar a un nuevo capítulo es el bloqueo a Cuba”.

Según postuló la cadena CNN, en el medio de la Cumbre habrá menciones y discusiones en torno a otro instrumento central en el continente como lo es la Carta Democrática Interamericana, también dentro del sistema de la OEA.

Este instrumento fue aprobado de emergencia el 11 de septiembre de 2001 luego del atentado en Nueva York contra las Torres Gemelas.

La OEA explicó que dicho texto es una herramienta para fortalecer la democracia, y les otorga a los Estados miembros y al secretario general mecanismos para actuar cuando lo consideren necesario con medidas que pueden desembocar en la suspensión temporal de un país. Es decir que incorpora la capacidad de sancionar en caso de “ruptura del orden constitucional o golpe de Estado”, la llamada “cláusula democrática”.

La implementación de esta medida está contemplada en el artículo 19 de la Carta Democrática, que impide la participación de un gobierno en las sesiones de la Asamblea General de la OEA y demás órganos de la organización si se da una “ruptura del orden democrático o una alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático”.

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