¿Boudou se toma licencia? Guerra intestina en el gobierno K
El vicepresidente ayer fue protagonista de un verdadero papelón en el Senado, cuando la oposición condicionó el quórum a que no esté presente en la sesión. Cristina aún lo protege, pero las presiones son cada vez más fuertes
El procesado vicepresidente Amado Boudou tenía previsto presidir la sesión de ayer del Senado nacional. Así se lo había hecho saber a su entorno y a los principales referentes del bloque del Frente para la Victoria.
Pero ante la advertencia que hizo la oposición de no dar quórum para el tratamiento de un proyecto de ley que era considerado clave por el oficialismo, que otorga inmunidad judicial a los bancos centrales extranjeros, a último momento el vice tuvo que pegar el faltazo y dejarle su lugar al presidente provisional de la Cámara alta, el radical K Gerardo Zamora.
"Si se sentaba en el recinto, no íbamos a tener quórum", reconoció una importante fuente parlamentaria K, al justificar el faltazo de Boudou. Es que desde el oficialismo deslizaron que la oposición había advertido que la presencia del vicepresidente iba a generar polémica y caldearía una sesión que se preveía tranquila, dado que el único proyecto en tratamiento contó con un amplio consenso.
Ante semejante papelón, que para muchos significó la firma del certificado de defunción política del vicepresidente, anoche surgieron trascendidos que daban cuenta de que el rockstar del kirchnerismo estaría a punto de tomarse licencia. Y es que para los K la situación se está haciendo cada vez más insostenible, al tener que defender al primer vicepresidente procesado por un caso de corrupción, en ejercicio de sus funciones, en la historia de nuestro país.
La primera mandataria se encuentra en una encrucijada. No por casualidad anoche confirmó que no viajará a Brasil (ver aparte), para presenciar la final del Mundial. Ocurre que no puede dejar el país en momentos en que su propia tropa se le estaría revelando ante el costo político que significa tener que defender a un personaje como Boudou.
Hasta ahora, Cristina consideraba que no defender a su vicepresidente es atacarla a ella. Y no es para menos ya que en caso de que la investigación por el Boudougate avance es muy probable que surjan nuevas pruebas que darían cuenta de la participación directa de Néstor Kirchner, quien habría sido el ideólogo de la operación para que el kirchnerismo se quede con la planta de la ex Ciccone Calcográfica, la única empresa privada con capacidad para imprimir papel moneda. Un negocio multimillonario.
En ese contexto, un pedido de licencia es analizado en la mesa chica del kirchnerismo como una forma intentar descomprimir la situación, al menos de forma momentánea.
Muchos de los que hoy cumplen funciones pretenden sobrevivir políticamente al 2015 y por ello, haber sido obligados durante el último miércoles a mostrarse con Boudou en ese bochornoso acto que fue la celebración del Día de la Independencia en Tucumán, no fue bien digerido. Es más, no son pocos los que creen que la faringolaringitis que mantuvo a la presidenta fuera de la escena política durante una semana habría sido una excusa para la puesta en escena de la bochornosa ceremonia, que a todas luces se volvió un boomerang para la primera mandataria.
La carta de CFK
"Te agradezco muy especialmente la invitación que me formulaste para acompañarte, junto a otros mandatarios, el próximo domingo 13 de julio con motivo de la entrega de la Copa Mundial FIFA 2014 al finalizar el partido entre Argentina y Alemania en Estadio Maracaná en Río de Janeiro". Con esas palabras comienza la carta que la presidenta Cristina Kirchner envió a su par Dilma Rousseff para comunicar que no viajará a Brasil.
Entre las razones que invoca la mandataria argentina figura la aparente faringolaringitis severa que padece desde hace un par de días y el cumpleaños de su nieto Néstor Iván que será un día después de la final, el lunes. Suena a excusas baratas: la crisis política que se vive en el seno de su gobierno, ante el escándalo del Boudougate, seria la razón principal de su ausencia.
Además, distintos trascendidos dan cuenta de que se habría realizado un sondeo que habría arrojado que la primera mandataria podría recibir una fuerte silbatina de los argentinos presentes en el estadio, dado que en su gran mayoría son personas de clase media que le vienen manifestando un profundo rechazo a la administración K.
