futuro económico
Economistas bonaerenses remarcan la necesidad de acumular reservas
Un grupo de economistas bonaerenses del Frente de Todos evaluó como un acierto que Nación subordine el acuerdo con el FMI a la expansión de la economía y proponga desdolarizar las tarifas energéticas.
Un estudio realizado por un grupo de economistas bonaerenses evaluó positivamente tres decisiones emanadas desde Balcarce 50 con respecto al futuro económico de la Nación: “1) Subordinar el acuerdo con el FMI a la expansión de la economía; 2) Reducir la presión tributaria sobre los trabajadores alcanzados por el impuesto a las Ganancias; 3) Desdolarizar las tarifas de energía, que constituyen un factor de erosión del salario”.
El informe fue llevado a cabo por el exviceministro de Economía de la Nación y actual secretario administrativo del Senado provincial, Roberto Feletti, el exsenador de la provincia de Buenos Aires Juan Manuel Pignocco, el extitular de la Agencia de Recaudación bonaerense (ARBA) Martín Di Bella, el exdirector nacional de Programación Económica del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación Horacio Rovelli, el contador Diego Perrella y la Dra. Érica Pinto.
En el informe subrayan que “estos ejes se engarzan con la puesta en marcha del Consenso Económico y Social, el inicio de las paritarias salariales libres y la inminente convocatoria al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil”. Este panorama ha configurado un “conjunto articulado de acciones positivas tendientes a producir un crecimiento robusto de la economía que comience a dejar atrás un lustro de crisis debido a las consecuencias del macrismo y de la pandemia”. A eso añaden que “del acierto en su ejecución depende la consolidación política de la coalición gobernante en las elecciones de medio término”.
El documento también advierte que “no todas son buenas noticias en el recorrido trazado” y resalta tres cuestiones que merecen ser seguidas con atención: “1) la incertidumbre del escenario internacional; 2) los desequilibrios macroeconómicos existentes, que empiezan a acercarse a algunos límites; 3) los conflictos de los agentes económicos entre sí y con el Gobierno”, que se traducen en la suba del riesgo país y el nivel de inflación con que inició el año.
En cuanto al primer punto, la tensión entre los Estados Unidos y China, por un lado, y el rumbo adoptado por Brasil, por el otro, ofrecen señales contradictorias para nuestro país. En efecto, la gestión de Joe Biden parece apuntar a consolidar la posición hegemónica global estadounidense, lo que “constituirá un escenario de tensión para Suramérica, y en particular para la Argentina, debido a la natural atracción que ejerce sobre nuestro país la relación con China y otras potencias de Oriente por la complementariedad económica existente”.
Respecto del segundo eje, se especifica que “mantener un abultado nivel de reservas internacionales en el Banco Central otorga tiempo para cerrar la brecha negativa de las cuentas públicas sin traumatismos ni aceleraciones, e incluso para sostenerla en márgenes compatibles con el nivel de actividad”.
Por el contrario, “un déficit agudo de la cuenta corriente del balance de pagos, aun cuando inicialmente pueda ser solventado con ingreso de capitales, exige ajustes rápidos para impedir un desmadre en precios, tipo de cambio y tasa de interés”.
Los autores consideran relevante además “la reestructuración de la deuda pública en moneda extranjera y de la normalización del mercado, que implicó una disminución de los costos de financiamiento y un alivio para el presupuesto nacional, pudiendo de esta manera comprometer recursos para apuntalar el consumo y la inversión pública”.